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La primera rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) , Lillia Cedillo Ramírez , tiene claros los objetivos en lo inmediato y a futuro: atender la salud emocional, situación económica y espacios de estudiantes afectados por la pandemia; vincular a la casa de estudios con los problemas que aquejan a la entidad y mantener el legado de defensa de la autonomía.
Llega a su encargo en un escenario político diverso, con un gobernador morenista, con alcaldes panistas de la zona metropolitana y con un pasado de confrontación entre el exrector y autoridades estatales.
La investigadora afirma estar consciente del gran compromiso que tiene de continuar con la defensa de la autonomía universitaria, un legado -señala- que recibió y que se compromete a mantener.
“La autonomía la debemos entender como esa capacidad que tenemos como institución de autogobernarnos, de dirigir el destino y decidir sobre el destino que tiene nuestra institución, a la par de las cuestiones de tipo académicos, administrativos, de crear nuevos programas académicos, contribuir a la sociedad aumentando la cobertura de nuestros servicios, llevando a la sociedad egresados con la formación pertinente y con una gran calidad, entonces todo eso tiene que ver con la rendición de cuentas y con la autonomía”, aclara.
En ese sentido, ofrece al gobernador morenista Luis Miguel Barbosa Huerta una relación de respeto y de colaboración, porque -recuerda- tienen muchos temas en común, como el bienestar de la sociedad poblana.
“La BUAP contribuye de manera importante en la formación de recursos humanos y la presencia de la BUAP en diferentes campus y sedes ha incidido en el desarrollo económico y social de esas regiones, entonces vamos a caminar en aras de mejorar las condiciones de nuestra sociedad”, afirma.
Convivir con autoridades estatales y municipales de distintos partidos, dice, será a través de un marco de respeto, pues recuerda que la base de una colaboración sana está en el respeto mutuo entre las instituciones y los gobiernos.
“Creo que en este momento hay condiciones para que esto se dé, para que podamos caminar juntos y apoyarnos, porque finalmente la institución es pública, vive gracias a los aportes de nuestra sociedad, entonces nos debemos a ellos y en el caso de los gobiernos tenemos eso en común”.
Primera mujer, después de más de 400 años de historia, en dirigir la BUAP
Se convirtió en la primera mujer, después de más de 400 años de historia, en dirigir los destinos de la BUAP, lo cual -dice- es un alto honor, un privilegio, también un reto y alta responsabilidad; pero afirma que al haber trabajado con hombres y mujeres sabe que lo que cuenta es la capacidad y vocación de servicio.
“Creo que las condiciones se han dado y los espacios se han ido abriendo para la participación cada vez más importante para las mujeres, a mi me ha tocado ese gran honor (…) las mujeres tenemos esa ventaja de ser a veces muy cercanas con la gente y estudiantes y eso abona para conocer y sentir lo que ellos necesitan”, afirma.
Recibe, afirma la investigadora, una universidad en condiciones económicas y políticas estables y favorables que le permitirá lograr metas a mediano y corto plazo, como planes y programas académicos y estudiantiles pensados en las necesidades que tiene la sociedad.
“Enfocarnos a trabajar en licenciaturas que cubran las necesidades de nuestra sociedad y también enfocarnos en la resolución o colaborar en la resolución de problemas a través de proyectos de investigación, creo que tenemos las condiciones para que esto se de y vamos a trabajar muy fuerte en aras de conseguirlo”, promete.
Las prioridades en lo inmediato -precisa- tienen que ver con la pandemia por Covid-19, cómo atender la salud emocional de los jóvenes, arropar a los estudiantes que atraviesan una situación de vulnerabilidad económica y la adecuación de espacios; además, trabajar para llevar a cabo la renovación del consejo universitario, que se retrasó precisamente por las consecuencias de medidas impuestas para contener el Covid.
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