Balashté.— Mientras el sol golpea con fuerza la selva y un viento fresco mece los guanacastles y ceibas, las noticias sobre la propagación del 9 van mezclándose con el aire en esta región chiapaneca, donde no se le teme al aislamiento y no hay necesidad de compras de pánico, porque ante la probabilidad de escasez de productos embotellados o enlatados, las manos de hombres y mujeres guardan el tesoro de la preparación del matz (pozol en tzeltal).

“No tenemos miedo al coronavirus, aunque no haya productos en las tiendas. Sólo con maíz, frijol, chayote, plátano y caña podemos sobrevivir. No tenemos miedo a la enfermedad, la enfrentaremos con fe en Dios”, dice Abraham Sántiz Vázquez, miembro de la dirigencia de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao).

Abraham explica que enfrentar la cuarentena aislado en su comunidad no le preocupa, porque además de tener cultivos para poder sobrevivir es suficiente hervir maíz, molerlo y tomarlo con agua como lo hicieron sus ancestros mayas, en esta región cercana a la zona arqueológica de Toniná.

Sin embargo, no todo ha sido calma. Desde mediados de marzo, cuando a la selva llegó la noticia de que el Covid-19 se extendía por México, se registró un alza al precio de varios productos, como el maíz, que pasó de 300 a 600 pesos por 50 kilos.

Sin información

Para enfrentar el coronavirus en Ocosingo, la infraestructura médica consta de una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), una del ISSSTE y el Hospital Básico Comunitario (HBC).

Pero el HBC va más allá de Ocosingo y llega a atender a pacientes de Chilón, Tila, Sabanilla y Yajalón, con unas mil 100 comunidades y rancherías, donde están diseminadas 56 casas de salud y se desplazan 27 unidades médicas móviles.

No obstante, hasta ahora a las comunidades de la selva no ha llegado información del coronavirus. Algunos creen que es un pleito entre países ricos y otros, como Abraham, que han visto en la televisión cómo se han inundado los hospitales de enfermos en países europeos, están más alertas. Sólo por lo que se han enterado en los medios, algunas autoridades han decidido establecer cercos sanitarios en comunidades.

Por ejemplo, camino a la comunidad El Censo, donde habitan unas mil 800 personas, los líderes de la biosfera de Montes Azules prohibieron el paso de personas que no sean de la zona.

Asimismo, la Jurisdicción Sanitaria número 9, que cubre la Selva Lacandona, estableció un cerco sanitario en las terminales de camiones que trasladan desde la península a los migrantes.

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