León, Gto.- "¿A qué vienen los de la Guardia?, ¡no los queremos ver!, ¡que no se acerquen!", expresó José Luis Mares en la velación de su hija, sus nietas y sus bisnietos asesinados en una vecindad de la colonia Industrial de León por un grupo la noche del domingo pasado, luego de que elementos de la Guardia Nacional estuvieran en el domicilio.
Las cuatro mujeres, la bebé de 3 meses y el niño de dos años asesinados fueron velados en la vivienda de la hermana de una de las víctimas, en la calle Guatemala esquina con Campeche, en la colonia Obrera, en torno de un dispositivo desplegado por elementos de la Policía Municipal.
En los ataúdes envueltos en flores, cuadros religiosos y sus fotografías, reposaban los restos de una madre, sus dos hijas, su nuera, su nieta y su nieto. A los féretros de los bebés les colocaron globos blancos, que luego echaron a volar durante el sepelio en el Panteón Municipal norte.
La tarde de este miércoles decenas de vecinos conmovidos acudieron a dar condolencias a los deudos, y el sacerdote Ernesto, de la Orden de la Divida Infantita ofició una misa de cuerpo presente; esparció agua bendita en el cuarto de velación y dio un mensaje de consuelo a los dolientes.
Los participantes oraron por el descanso eterno de Naomi Narayama, Aracely, Nayeli Yareck, Ana Cristina y los niños.
Elementos de la Policía Municipal tendieron un cerco de seguridad en el perímetro por la alerta de que un grupo de jóvenes sospechosos merodeaba la zona; familiares reclamaron a los oficiales por no haber hecho nada para que no mataran a sus seres queridos.
“Le vale pura madre lo que uno está viviendo ahorita, ¡aquí no vengas a dar lata!”, reprochó una joven a un motopatrullero, molesta porque este intentó detener a un muchacho pariente de las víctimas que volvía de comprar unas cervezas en la tienda cercana y cuya discusión causó que arribaran más de una decena de policías al velorio.
“¿Cuál es el apoyo que tengo?, en lugar de que cuiden…”, dijo Don José Luis Mares, papá de Aracely, a un mando policial, quien le pidió controlar a la familia y hacerle ver la medida de prevención por la que estaban en el sitio.
Don José Luis se molestó al ver un convoy de elementos de la GN y del Ejército realizar rondines.
Durante la velación, familiares compartieron que la noche del crimen la Guardia Nacional llegó a la vecindad, los elementos tomaron objetos y en tono amenazante indicaron a un joven y a las personas moradoras que tenían un día de plazo para dejar el inmueble, y luego se retiraron.
Sin embargo, unos 15 minutos después “los asesinos entraron a la casa”. Desde el techo un hombre de 51 años, padre de familia, y un joven de 18 años, escucharon los disparos y al bajar encontraron a las seis personas sin vida. Presuntamente los agresores preguntaron por uno de ellos, platicaron.
José Luis Mares, padre y abuelo de las víctimas, dijo que la autoridad “nada” les ha dicho de los hechos. “¿Cuándo los voy a ver?, ¡ya nunca!”, expresó llorando al momento en que los ataúdes eran colocados en cuatro carrozas.
De la tragedia, solo sabe lo que aparece en los videos que son públicos y en lo manifestado por su yerno y su nieto sobrevivientes.
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