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Mérida.— Como muchos mexicanos, Wilberth Estrada Maldonado vivió durante 22 años en Texas, Estados Unidos, y pudo ser un migrante que, aun sin documentos, logró abrirse paso para ganar dólares, enviar dinero a su familia de Yucatán y crearse un futuro en ese país.
Hasta hace tres meses pensó que jamás volvería a México ya que a través del empleo en una empresa automotriz y de la compra y venta de automóviles, consiguió un patrimonio de más de 250 mil dólares que le permitían tener una vida cómoda.
“Todo lo perdí, tenía más de ocho vehículos con papeles en orden y todos se quedaron en el abandono”, relató.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), llegó al terreno que alquilaba y donde resguardaba los vehículos y ya no tuvo tiempo de nada.
“No iban por mí, fueron buscando a otra persona, pero ahí estaba y me agarraron, estuve tres meses en las instalaciones migratorias peleando que me dejaran permanecer en ese país en donde durante 22 años no les causé ningún problema, pero el tiempo pasaba y no había solución, así que tuve que aceptar la deportación”, contó Estrada Maldonado, quien fue enviado vía terrestre a Nuevo Laredo.
El hombre, quien es de Peto, Yucatán, logró, mediante sus trabajos inicialmente como lavaplatos y también aseando baños, enviar dinero para que sus dos hijos en Mérida tuvieran carrera.
“Ya se titularon, están bien, yo aquí sin nada más que el apoyo de mis hermanos, volveré a empezar”, comentó mientras mostraba un molino ubicado en el poniente de Mérida que está atendiendo a solicitud de uno de sus hermanos.
De acuerdo con don Wilberth, después de todo lo pasado, lo último que pensaría es en regresar a Estados Unidos.
“El presidente Trump es un hombre rencoroso, hay persecución para los mexicanos y los latinos, el ambiente no es sano, es vivir con temor y miedo todo el tiempo".
“Jamás les recomendaría a los mexicanos irse para allá, pasar de mojado como lo hice y enfrentar todos los apuros y mal sabores, fueron 22 años, ya tenía un patrimonio y me sacaron, el gobierno de Estados Unidos no reconoce ni valora lo que aportan a ese país los mexicanos y latinos en general, porque los estadounidenses no hacen muchos trabajos que nosotros sí”, explicó.
Wilberth Estrada recomendó no irse al vecino país del norte sino “echarle los kilos aquí en México para salir adelante... No está fácil, pero es mejor, que conste, yo ya lo viví”.
Comentó que ahora está retomando su vida como mexicano, readaptándose a las costumbres, horarios y demás en esta localidad, en Yucatán su tierra.
No obstante, Estrada Maldonado señaló que estar en Estados Unidos durante 22 años le permitió forjar un futuro para su familia, y para ofrecerle a sus dos hijos estudios y mejores oportunidades.
“El panorama ahora con este gobierno de Trump es otra cosa, todos andan con miedo, es peor que antes”, apuntó.
Ahora, los años en el vecino país del norte quedaron atrás, para don Wilberth, el pequeño molino que administra vendiendo masa y tortillas es su futuro.
“Vuelvo a empezar, pero ahora aquí, con mi gente y creo que chambeando duro conseguiré de nuevo cosas, cosas que ahí dejé, cosas que ahí perdí y que jamás regresarán”, concluyó.