Talea de Castro.— Es en plena primavera, bajo el techo de lámina de una casa de adobe agrietada por los más de 60 años que lleva, ensayan infantes y jóvenes en la única orquesta infantil de la Sierra Juárez de Oaxaca, con la frente y mejillas llenos de sudor. “De grande me gustaría ser maestra y seguir tocando el violín”, dice Camila Gisel, violinista de apenas ocho años.
La única orquesta infantil Orquesta Recreación y Trabajo se encuentra en Talea de Castro, un municipio zapoteco, ubicado en la Sierra Norte o conocido como la Sierra Juárez del estado de Oaxaca.
Pese a las malas condiciones de su espacio, acuden a ensayar de martes a domingo cerca de 40 menores de edad, principalmente infantes.
“Comenzaron a tocar durante la pandemia, en los sepelios y en los velorios de las familias que perdieron a sus seres queridos a causa del Covid-19. Son los músicos del pueblo y los estiman mucho”, indican los padres de familia de los pequeños.
Desde siempre, la música ha sido parte de Talea. Esperanza Cristóbal, actual presidenta de la directiva de la orquesta cuenta que la agrupación de música comenzó por el año de 1940, cuando por las tardes no había mucho quehacer, entonces los campesinos recurrieron a los instrumentos que facilitaban los misioneros y el sacerdote.
En ese entonces, los músicos donaron el terreno para luego construir lo que es ahora la casa de la Orquesta Recreación y Trabajo, que se sostiene de manera independiente con los recursos que la misma orquesta genera, bajo la administración de una directiva que recauda fondos en rifas, eventos culturales, kermeses y de las cooperaciones de las familias que solicitan sus servicios.
“Es un grupo de música para todos los niños y niñas que quieran asistir, los padres de familia no pagamos ni un peso para que asistan nuestros hijos.
“De las necesidades se encarga la directiva, y nosotras las apoyamos”, comenta a EL UNIVERSAL, Diana García Ríos, exintegrante de la directiva de la orquesta y madre de una de las estudiantes de violonchelo.
alm