Tijuana.— La historia de Alina es diferente a la de cientos de víctimas de violencia. En uno de los estados del país más peligrosos para las mujeres, su caso es el de una sobreviviente de intento de feminicidio por parte de su pareja; muestra de cómo fue encarcelada por defenderse y logró recobrar su libertad.
El 24 de mayo de 2023 Alina Narciso Tehuaxtle quedó en libertad luego de pasar cuatro años en la cárcel y haber sido sentenciada a 45 años tras asesinar a su agresor, José Luis Arellanes, su entonces pareja, mientras la golpeaba. Ambos pertenecían a la Policía Municipal de Tijuana. El gobierno local develó una placa en honor del hombre después de su muerte.
“Si algo aprendí en prisión es que aun en las peores circunstancias no debes quedarte quieto, aun sin ánimo, contra toda probabilidad, ve, intenta y no te quedes con ganas de nada”, reflexiona desde la casa donde empezó prácticamente desde cero, acompañada por su madre, Socorro y su hermano menor, Edwin, su principal red de apoyo.
Lee también: INTERACTIVO: En los últimos 8 años, 98 mujeres policías han sido víctimas de feminicidio u homicidio doloso violento
La Ley Alina
En un año ha pasado mucho. En Baja California fue aprobada la Ley Alina, que obliga a actuar con perspectiva de género y bajo estándares internacionales a los funcionarios encargados de la procuración de justicia, desde las corporaciones, fiscalías y el Poder Judicial.
“Que ninguna mujer tenga que pasar un solo día en prisión por proteger lo más valioso que tenemos, que es preservar nuestra propia vida, que la elección nunca más tenga que ser vivas o presas”, dice Alina.
De enero a marzo de 2024 en Baja California han sido asesinadas 71 mujeres. El estado ocupa el segundo lugar del país con más crímenes de este tipo, sólo después de Guanajuato, que en ese mismo lapso registró 92 homicidios. La impunidad alcanza a más de la mitad de los casos, en los que los feminicidas continúan libres y sin una sentencia.
Nueva vida
Alina ha recuperado la sonrisa que dibuja la mitad de su rostro, dejó crecer su cabello negro que le llega casi a la cintura. Usa un par de pestañas que abanican sus ojos negros. Es la cara de una mujer feliz.
Trabaja en una oficina de gobierno, pero además comparte tiempo con su familia. Viven como si no hubiera un mañana, como si tuvieran la esperanza de recuperar aquellos años que sus encuentros se limitaban a un encierro entre paredes y bajo custodia del personal penitenciario.
De las internas del penal no se ha olvidado. Ahora en libertad realiza trabajo como voluntaria y gestiona las cosas más básicas para sus compañeras, quienes dentro de prisión tienen que adaptarse a la precariedad y el abandono de las autoridades y muchas veces, incluso de sus propios familiares.
Cuando todavía era interna Alina rezaba en un pequeño espacio que tienen habilitado en el penal de Tijuana para que las internas puedan practicar su fe. En ese pequeño sitio arrinconado no sólo pedía por su libertad, recuerda que también lo hacía por su familia, por la gente que quiere, pero sobre todo por que un día llegara la justicia.
Rezar y practicar su fe es un hábito que aún guarda para ella, sólo que ahora puede hacerlo en libertad. Se encomienda a Dios y procura ser un apoyo para otras mujeres que aún se encuentran en la prisión, pero que como ella llegaron a ese lugar por defender su vida.
Lee también: Revocan sentencia contra Alina Mariel, mujer policía que mató a su agresor en Tijuana
“No dudé que la iba a recuperar”
El día que abrazó a su hija, el 24 de mayo de 2023, a Socorro Tehuaxtle le regresó el alma al cuerpo. Sintió que las protestas, las largas caminatas por las calles de Tijuana cargando una lona con el rostro de su hija por fin habían dado su fruto.
“No dudé que la iba a recuperar, porque ya no teníamos nada que perder, nadie pensó que fuera capaz de hacer todo lo que hice, pero se trataba de mi Nina”.
Dentro de los planes de Alina está regresar a la corporación, una de sus grandes pasiones es trabajar en la comunidad, pero tras su experiencia con el sistema de justicia, dice que quiere hacer las cosas diferente. Su intención es crear una relación de confianza con las familias y tratar de enaltecer el nombre de las instituciones de seguridad y capacitar al personal en la atención de víctimas de violencia.