Zacatecas.— La angustia no sólo la viven los indocumentados en Estados Unidos, también la están sufriendo a diario sus familias que dejaron en Zacatecas. Tras enterarse sobre las redadas que se están intensificando en California, los de aquí recurrieron a la oración para implorar a Dios por la protección de los de allá.
“Con todo lo que se ve en las redes sociales sobre cómo andan los mexicanos huyendo de las redadas, nos da miedo que le pueda pasar algo a nuestra gente. Mi esposo me ha dicho que va a aguantar lo más que se pueda allá (…) ¿Uno qué puede hacer desde acá? Sólo encomendarlos a Dios. Le tengo prendidas veladoras a todos los santos para que protejan a nuestros familiares y no sean detenidos”, dice Elizabeth.
Su marido tiene más de cinco años que se fue a trabajar a California en busca del sueño americano, pero refiere que hay otros de sus familiares que tienen casi toda la vida allá, uno de sus cuñados se fue desde los 14 años: “Dijo que sólo iba a ganar dólares para comprarse un estéreo, pero nunca volvió”, y asegura que ellos son los que tienen más temor de ser deportados, porque hicieron su vida allá, sus hijos nacieron allá y “regresar significaría separar a la familia o traerse a vivir a los niños a México (…) ahora, les da miedo regresar a vivir en Zacatecas por la inseguridad”, indica.

Ella siente que a veces su marido no le cuenta todo lo que está pasando para no preocuparla, sólo le asegura que él siempre está muy alerta, se cuida mucho, ya no sale y se ha informado sobre sus derechos para saber lo que debe hacer en caso de ser detenido.
Sin embargo, considera que no está de más hacer oración, así que desde hace una semana que comenzó la situación crítica en California puso un pequeño altar y prendió unas veladoras “a la Virgen de Guadalupe por ser la protectora de todos los mexicanos; también a San Juditas Tadeo, por ser el patrono de las causas difíciles; a la Sagrada Familia para nuestra seguridad y unidad familiar, y también tengo una imagen de Panchito [San Francisco de Asís], porque en mi familia somos devotos de él y hoy sabemos que ayuda a los desprotegidos y a los migrantes”, detalla.
Los de allá también rezan
Pero los de allá también se han refugiado en los actos de fe, ya que muchos indocumentados han recurrido a las congregaciones religiosas, al menos así lo relata el inmigrante de origen zacatecano Omar Coronado, un líder religioso y organizador comunitario que pertenece al Inlad Congregations United for Changue (ICUC), quien se desempeña como pastor en el Valle de Coachella y asegura que, incluso, en algunas redadas varios se han identificado como líderes de fe y los han liberado: “Eso nos ha sorprendido, pareciera que es un fuero especial”, remarca.

Refiere que “antes la Iglesia estaba muy callada, muchos no se querían involucrar, porque nunca se había querido mezclar religión y política, pero con lo que ha sucedido, las congregaciones hemos decidido salir, sin importar el credo, hemos demostrado que hay unidad para levantar la voz y apoyar a los migrantes”, subraya.
Omar hace más de 20 años que llegó a Estados Unidos y, además de convertirse en pastor, es un organizador comunitario y también forma parte del proyecto PICO California, una red estatal de organizaciones comunitarias religiosas en California.
Explica que, desde hace meses, con el cambio de gobierno, visualizaron que se avecinaba una crisis para la comunidad latina, por ello, a través de las congregaciones a la que pertenece comenzaron a tejer redes y se contrataron a 200 abogados para dar acompañamiento a las familias de migrantes que lo soliciten.
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Afirma que pertenecer a estas redes le ha permitido tener contacto con muchos indocumentados a los que les han dado acompañamiento legal y espiritual, quienes han manifestado que “viven bajo un altísimo nivel de estrés y se sienten entre la espada y la pared”.
Omar explica que los connacionales “viven con angustia en Estados Unidos, pero parece que muchos tienen más temor en regresar a sus pueblos”, al señalar que una mayoría de los trabajadores agrícolas y de la construcción que radican en California son originarios de Michoacán, Guanajuato y Zacatecas: “Justo en los estados donde hay focos rojos por la presencia del crimen organizado”, expone.
Esta versión la confirman a EL UNIVERSAL varios integrantes de una familia zacatecana, pero pidieron el anonimato para no ser identificados. Relatan que muchos de ellos tienen entre 20 y 30 años radicando de manera ilegal en varios puntos de California, allá hicieron su vida y ahora sus hijos son nacidos en Estados Unidos.
Dos de ellos están más preocupados que el resto, ya que tienen órdenes de deportación y les angustia ser detenidos: “No pensamos que ambos países se volvieran riesgosos para nosotros, es un mal momento para regresar a Zacatecas, creemos, que al menos, aquí [Estados Unidos] somos pobres, pero estamos seguros y con vida, en cambio, en México, el gobierno no cuida a su gente y correríamos el riesgo de que los grupos criminales nos desaparezcan, que piensen que llegamos con dinero y no quieran quitar hasta lo que no tenemos”, expresa.
Las recomendaciones
Al respecto, Omar menciona que pareciera que la estrategia del gobierno de Donald Trump “es asfixiar a los indocumentados, porque ante el temor de las redadas, muchos han dejado de ir a trabajar y eso significa pérdidas económicas, muchos viven al día, están dejando de percibir ingresos, se están incrementado los costos de rentas, hay que pagar los servicios básicos y la alimentación, todos están agotando sus ahorros”.
El líder espiritual reconoce que esta situación está obligando a muchos mexicanos indocumentados a salir por propia voluntad, a quienes les han dicho que si se quieren ir lo hagan, pero siempre les recomiendan que no acepten la oferta del gobierno estadounidense que por autodeportarse les dan mil dólares, al considerar que “es una trampa, porque firman una carta que obligaría a que jamás vuelvan a regresar a Estados Unidos”.
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Ante la situación complicada que se vive, dice que tiene conocimiento que ocho familias originarias de Michoacán manifestaron su determinación de abandonar en estos días Estados Unidos, pero sin recurrir al programa de autodeportación.
Mientras tanto, a través de estas redes de apoyo, se distribuyen folletos entre las familias de los indocumentados para que conozcan sus derechos y tengan información sobre lo que deben hacer si se encuentran con el ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas por sus siglas en inglés) o la policía, así como la documentación que deben tener para que sus familiares tengan acceso a ellos en caso de arresto o deportación.
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