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Ciudad Juárez.— Lo incierto del camino por recorrer, las constantes trabas del gobierno estadounidense en el trámite de asilo político y la estrategia de contención de migrantes en el sur de México han provocado que los migrantes centroamericanos abandonen el sueño de entrar legalmente a Estados Unidos.

“Nos vamos a casa”, dice resignado Joel, quien está a la espera de que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de las Naciones Unidas (ONU), realice otro viaje de retorno voluntario para regresar a su natal Guatemala.

Para él han sido más de cuatro meses de espera, por lo que decidió abandonar su sueño: “Pasan los días y no hay avance, creo que de un momento a otro ya no van a dejar entrar a nadie”, lamenta Joel.

En el último mes, la OIM ha retornado voluntariamente desde Ciudad Juárez a 480 personas de Honduras, El Salvador y Guatemala, principalmente mujeres con hijos que decidieron no exponerse más.

Asimismo, la organización cuenta con un registro de 300 personas que están pidiendo ser repatriadas de manera segura y voluntaria.

Bajan solicitantes de asilo. El sábado pasado fue el primer día (desde octubre, cuando iniciaron las caravanas) en el que el Centro de Atención Integral para Migrantes (CAIM) no obtuvo solicitudes de registro para iniciar el trámite de asilo político, mientras que en mayo eran hasta 250 personas al día.

Según el Consejo Estatal de Población (Coespo), en mayo el promedio diario de solicitudes fue de 130 personas, con picos de hasta 250 solicitantes, mientras que en junio la media diaria bajó a 40 personas.

En julio ha habido días con 50 o nueve registros, y el sábado 27 no acudió ningún solicitante por primera vez en siete meses.

Este hecho se atribuye a las medidas de contención adoptadas por el gobierno mexicano en los estados del sur del país tras los acuerdos con Estados Unidos; sin embargo, obedece también al hecho de que quienes se han registrado en las últimas semanas tendrán que esperar hasta seis meses antes de ser llamados a su primera entrevista y pocos están dispuestos a esperar tanto.

Durante ese tiempo, los migrantes deberán permanecer en Ciudad Juárez, donde todavía hay más de 5 mil personas que esperan su turno sin tener certeza de cuándo serán recibidas por las autoridades.

Además de lo anterior, la oficina de la Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) suma ya ocho días consecutivos sin llamar a nadie a entrevista, lo que genera incertidumbre entre los migrantes que ya tienen un número de registro y más de cuatro meses en la frontera.

El titular de la Coespo, Enrique Valenzuela, explicó que, hasta donde saben, el periodo sin entrevistas no es por una nueva disposición del gobierno estadounidense, sino que se debe a la carga de trabajo que tiene la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

No obstante, eso no evita que la lentitud del trámite genere impaciencia y desesperación entre los solicitantes. El pasado 20 de julio la CBP llamó ante la Corte de la Unión Americana al último grupo, conformado por 12 mil 88 personas, de un total de 17 mil 600.

Lo anterior siginifica que unos 5 mil 500 centroamericanos siguen en los albergues y hoteles de Ciudad Juárez esperando ser citados.

La situación en la frontera ha ocasionado que la incertidumbre y desesperación se apoderen de los migrantes, puesto que no tienen certeza de que su solicitud de asilo será aceptada, incluso cada vez lo ven menos probable... de tal manera que volver a casa se está convirtiendo en la mejor opción.

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