Tuxtla Gutiérrez.— Óscar Antonio Cruz Hernández, profesor del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (Inea), padre, hermano, líder comunitario, activista político y un hombre con el sueño de ser alcalde de Jiquipilas, Chiapas, desapareció el 27 de junio de 2022, y desde entonces no se sabe nada de él.
El hombre de 50 años de edad salió de su casa, en el Barrio Ejidal de Jiquipilas, esa mañana, minutos antes de las 08:00 horas. Tomó su maletín con libros y computadora, subió a su auto, un Tsuru gris 2011, y condujo 400 metros sin percatarse de que varios hombres lo seguían en otros vehículos.
Momentos antes de su desaparición, Óscar acudió a la casa de una costurera para preguntar si su encargo de unas cortinas estaba listo, de ahí partió hacia su oficina; sin embargo, el docente ya no llegó.
Óscar Antonio, quien estaba a ocho días de cumplir 51 años antes de su desaparición, fue buscado al día siguiente por su esposa, hijos y brigadas en los municipios de Jiquipilas y Cintalapa, pero no hallaron rastros. Sólo supieron que Óscar era vigilado y seguido por desconocidos a bordo de varios vehículos desde que salió de su casa.
Docencia y activismo
Cruz Hernández nació en Platanar Arriba, una comunidad del municipio de Pichucalco, cerca del río del mismo nombre, singular por sus sembradíos de guineo, plátano, frijol, maíz y cacao. Gracias al buen precio del cacao en la década de los 80, Óscar Antonio, sus dos hermanos mayores y su hermana menor pudieron estudiar la secundaria.
Cuando se fundaba la comunidad Jorge Camacho Vidal, los padres de los cuatro muchachos dejaron Platanar Arriba y se mudaron en busca de un mejor nivel de vida.
El profesor, quien en ese entonces trabajaba y estudiaba, puso un tendejón, vendía chicharrón, leche, y más tarde consiguió un triciclo para ofrecer trastos de casa en casa. También fue chofer de un camión. Con la salida de Cuauhtémoc Cárdenas del PRI, Óscar Antonio, junto con otros jóvenes, fundó el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional en Pichucalco.
Desde hace 30 años, Óscar se desempeñaba como técnico docente del Inea, en una plaza en el municipio de Cintalapa.
Ahí nacieron sus hijos, Óscar y Mayrani, Jesús, Karina y Lizbeth. Los últimos tres niños, desde la desaparición de su padre, se quedaron sin sustento económico.
El activismo político de Óscar Antonio lo llevó a ser secretario técnico en el ayuntamiento de Jiquipilas. En el Inea, hoy conocido como Instituto Chiapaneco de Educación para Jóvenes y Adultos (ICHEJA), fue secretario general del sindicato, secretario de capacitación y también ocupó una cartera en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación Chiapas.
Continúa la búsqueda
“A mi hermano siempre le gustaba estar en la grilla. Trabajar entre la gente. Hacer servicio comunitario. Le gustaba el trabajo de campo. Andaba por muchos lados ayudando”, relata José Luis Cruz Hernández, hermano del profesor.
Cuando José Luis supo que en Jiquipilas, Cintalapa y Ocozocoautla dos cárteles se mantenían enfrentados, le dijo a su hermano que mejor se fuera a vivir a Tuxtla; sin embargo, Óscar tenía el sueño de ser alcalde de Jiquipilas.
El 7 de junio de 2022, José Luis visitó a su hermano, se saludaron, tomaron café con pan y, al despedirse, el maestro le contó que en Jiquipilas “había muchos problemas en la noche”, con la presencia de halcones que se movían en moto. Óscar Antonio le pidió a su hermano que en su camino a Tuxtla no se detuviera. “Tené mucho cuidado en tu regreso”, le dijo. Esa fue la última vez que se vieron. A un año y dos meses de la desaparición de Óscar Antonio, no se sabe nada. “No hay ninguna pista para saber qué es lo que pasó”, lamenta José Luis, quien presentó una denuncia y no ha dejado de buscarlo.