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Oaxaca.— La noche que mataron a Alexander G, ningún policía de Acatlán de Pérez Figueroa volvió a recorrer las calles del municipio, y las patrullas se escondieron en un domicilio particular. En 12 horas tampoco acudió un perito a realizar las pesquisas al cuerpo del adolescente de 16 años, asesinado el 9 de junio por un policía municipal.
“Yo salí a buscar patrullas en la madrugada y todos estaban escondidos, no había ni uno (...) los que nos cuidan, no estaban”, reclama entre llanto Virginia, madre del joven frente al cuerpo de su hijo, colocado en una mesa con una sábana encima, un balón de futbol a un costado y rodeado de flores y veladoras.
“Saben lo que hicieron”, secunda otra mujer que acompaña el cuerpo, y una tercera exige el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que voltee su mirada a lo que ocurre en Vicente Camalote, comunidad de la Cuenca del Papaloapan que ha quedado como rehén de la violencia que se vive a diario en la frontera de Oaxaca y Veracruz.
“Que no quieran decir que mi hijo traía una pistola, porque aquí todo mundo conocía al Chander, que sólo jugaba futbol, era un chavo honesto, sano, con principios y valores”, reclama en un video la madre.
El dolor de Virginia alcanza su pico cuando recuerda que su hijo buscaba ser futbolista profesional, pues ya jugaba en la Tercera División de los Rayados de Tierra Blanca, equipo veracruzano que condenó el crimen.
“El día de hoy toda la familia Filial Rayados Tierra Blanca está de luto. Nos enteramos de que a nuestro alumno le arrebataron la vida y sus sueños de ser jugador profesional, sentimos dolor e impotencia (...) nuestro Rayado sólo tenía 16 años y jugaba ya profesional en el equipo de Tercera División (...) le arrebatan la vida nuestras mismas autoridades que nos deben dar paz y seguridad”, señaló el equipo en un comunicado.
Una bala
Las primeras pesquisas de la Fiscalía General de Oaxaca (FGEO) indican que a Alexander lo asesinaron de un disparo en la cabeza y murió en el lugar del ataque. La bala que mató al futbolista salió de un arma larga, similar a una escopeta. Como Chander tenía nacionalidad estadounidense, se informó del crimen al consulado de Estados Unidos.
La fiscalía precisó que Alexander caminaba con otros ocho adolescentes cuando les dispararon. Otro joven está herido e internado en el Hospital de Tuxtepec.
Además, el gobernador, Alejandro Murat, se comunicó con la madre del joven y se comprometió a que el crimen no quedará impune y que “se aplicará todo el peso de la ley contra quien resulte responsable”.
Ante el retiro de la policía municipal, la Secretaría de Seguridad Pública estatal y la Guardia Nacional tomaron la vigilancia del municipio.
En tanto, en una pequeña casa amarilla, Virginia exige justicia una y otra vez.