Escuintla.— Las fuertes lluvias que se registran en la región Istmo Costa de Chiapas frenó el avance de la caravana migrante que tenía previsto seguir su camino la madrugada del viernes hacia el municipio de Arriaga, donde se les unirá otro contingente que salió de la capital chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez, el pasado martes.

En este contingente viaja una gran mayoría de familias con niños en brazos y en edad de lactancia, quienes han empezado a sufrir deshidratación por las altas temperaturas a que son expuestos durante la caminata. También presentan enfermedades como tos y gripa al mojarse con la lluvia, así como diarrea debido a que los alimentos que consumen los adquieren en la calle.

La mayoría de los adultos ya presentan llagas y ampollas en los pies a causa de las largas caminatas que realizan diariamente.

Cuando los integrantes de la caravana descansaban a cielo abierto en el parque de esta ciudad, ubicada a unos 70 kilómetros de Tapachula, las fuertes lluvias los sorprendió y esto evitó que el contingente reanudara su caminata.

Algunos grupos sostuvieron discusiones para acordar si caminaban o descansaban otras horas y así reanudar su viaje por la tarde para llegar al municipio de Acacoyagua.

La caravana que partió de Tapachula el pasado martes se ha fragmentado en varios grupos, debido a que algunos quieren llegar lo más pronto posible al norte del país ante el temor de las amenazas del cierre de la frontera que hizo el ganador de las elecciones de Estados Unidos, Donald Trump.

Contingentes de pequeños grupos de extranjeros han avanzado por la ruta migratoria de la zona Costa con destino al municipio de Arriaga y se encuentran dispersos en localidades como Mapastepec, Pijijiapán y Tonalá, quienes han viajado en transporte público, explicó el coordinador de la organización Dignificación Humana, Luis Rey García Villagrán, que realiza el acompañamiento de la caravana.

En esta comitiva algunos migrantes se desplazan en bicicletas, mientras que muchos padres de familia llevan a sus hijos menores en carriolas.

En el contingente también viajan, junto con algunas familias, cuatro perritos provenientes de Venezuela y han cruzado la selva de Colombia y El Darién.

Es el caso de una perrita llamada Macarena, la cual viaja con su mamá venezolana Lorena Gutiérrez, quien ha recorrido 70 kilómetros y refiere que su estado de salud es buena.

Lorena explica que su temor de viajar con la perrita fue cruzar la selva de Colombia y El Darién, ya que tenían que atravesar ríos caudalosos y montañas lodosas con piedras, pero considera que este recorrido es más peligroso ya que tiene que caminar bajo temperaturas extremas y se exponen a la deshidratación.

“Me da miedo que ella no pueda continuar caminando, me cuesta trabajo llevarla cargada ya que pesa como seis kilos”, expresa.

Los migrantes provenientes en su mayoría de Honduras, Venezuela, Cuba, Haití, Guatemala, El Salvador, entre otras naciones, tendrán que retrasar unas horas su viaje, lo que provoca que el contingente se continúe fragmentando, debido a que algunas personas han decidido seguir caminando a pesar de las condiciones climatológicas y las ampollas en los pies.

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