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estados@eluniversal.com.mx
Culiacán.— El auditor superior de la Federación, David Rogelio Colmenares Páramo, dijo que se debe ser muy cautos en la información que se divulga sobre el resultado de las auditorías, a las cuales se les debe imprimir la leyenda “en proceso de aclaración”, para que no sean utilizadas para politizar.
Al intervenir en el Ciclo de Conferencias Magistrales del Gasto Federalismo, citó que estados como Durango, Sinaloa y Sonora, en las revisiones del ejercicio de 2018, apenas se acercan en observaciones emitas a 0.1 %, lo que representa sólo 6 millones de pesos.
Este porcentaje —indicó— contrasta con los casos del Estado de México y Oaxaca, en los que las observaciones se acercan a 2 mil millones de pesos y se encuentran en proceso de aclaración.
Subrayó que actualmente se tiene auditada la primera entrega de las cuentas públicas de 2018, en las que Sinaloa aparece con buenos resultados, sólo tiene 0.1% de observaciones que tendrá que solventar.
Observó que en algunas épocas la aparición pública de los datos de las auditorías se interpretaban en forma errónea, que determinado gobernador o secretario de Estado había desviado recursos públicos y que esa palabra no es la correcta.
Dio a conocer que se incluirán en las auditorías a los congresos de los estados, a los cuales nadie revisa, en virtud de que la Auditoría Superior de la Federación cuenta con esas facultades para verificar el uso de los recursos públicos.
Colmenares Páramo apuntó que es evidente que las entidades federativas no recaudan ni 10% de sus egresos. Es obvio, dijo, que la mayoría de los recursos públicos que maneja provienen de los convenios de participación, por lo que los poderes legislativos de los estados serán sujetos a las revisiones.
Mencionó que hay estados que su recaudación no llega a 3%, lo cual implica que sus auditores prácticamente no tienen qué revisar.
Apuntó que se tiene que potenciar el trabajo de los auditores en los estados, fortalecer y respetar su autonomía, puesto que la actividad que desarrollan es muy difícil, por lo que se está en un proceso de federalización: “A veces, los auditores superiores de los estados no son comprendidos en sus congresos. Incluso se tienen antecedentes [de] que han sido orillados a renunciar, como sucedió en alguna ocasión en el estado de Guerrero”.
En otro caso, dijo, se llegó a desaparecer la Auditoría Superior del Estado, cuyo titular electo por siete años no lograron cambiar y, a fin de lograr su propósito, se creó un Instituto de Fiscalización.
En su intervención, el gobernador Quirino Ordaz Coppel reconoció la labor de la Auditoría Superior de la Federación. Comentó que, en el caso de Sinaloa, 10% de los recursos son propios y que el resto proceden de la federación. De ahí la importancia de que sean auditables esos recursos, “cosa que antes de 2015 no sucedía”, expuso.
Consideró que “hoy se meten en todo y eso realmente impone. Implica que todos los servidores públicos, no sólo de los gobiernos estatales, sino de los ayuntamientos y órganos autónomos, así como universidades tengan un enorme reto y responsabilidad”.
Una auditoría “no es cualquier cosa, sobre todo cuando hoy tenemos una Auditoría Superior de la Federación que tiene más atribuciones, más facultades, más fortalezas que las que tenía hace algunos años”, especificó el mandatario.