Culiacán.— A dos semanas de la Navidad, el ambiente decembrino con fiestas, reuniones en casa, bares y restaurantes, así como los brindis no existe en Culiacán.
La violencia, cada vez más cruda por la guerra que protagonizan Los Chapitos y Los Mayos —facciones que se disputan el Cártel de Sinaloa— ha dejado 518 asesinatos y cambió la forma de vida, desde que inició abiertamente el 9 de septiembre.
Las tradiciones de fin de año en Sinaloa, como asistir a la Feria Ganadera y sus espectáculos artísticos, las peleas de gallos o los juegos de beisbol de la liga de invierno, este año no se celebrarán.
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En este ambiente violento, la vida social termina a las ocho de la noche. Nadie desea andar en las calles después de esa hora, y casi todo el comercio, incluido bares y restaurantes, están cerrados.
Los restaurantes especializados en cenas han tenido que cambiar su oferta a desayunos, a fin de cubrir su nómina y poder mantener a su personal laborando.
Las disputas violentas también cambiaron de escenario. Ya son pocas las balaceras y persecuciones en la ciudad a plena la luz del día. Ahora, las casas de “juego”, como se conocen a pequeños negocios con máquinas tragamonedas, negocios semifijos, restaurantes de comida japonesa y algunas viviendas residenciales se convirtieron en el blanco de los grupos armados.
A tres meses del inicio de una verdadera guerra, las dos facciones que dividen al Cártel de Sinaloa se volvieron más crueles. Los hallazgos de cabezas en hieleras, de restos humanos en pequeños contenedores, los cuerpos masacrados apilados en vehículos abandonados son cosa cotidiana. La violencia más cruel se ha normalizado.
Las confrontaciones armadas se han extendido a los municipios de Elota, Concordia, Mazatlán y Navolato, donde las corporaciones de seguridad pública municipal y estatal no han sido ajenas a la batalla.
De septiembre a la fecha se han registrado los asesinatos de 14 agentes en activo, comandantes y exjefes policiacos, varios de ellos privados previamente de su libertad y luego exhibidos asesinados.
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Las pérdidas de la gente
La violencia afecta ya el patrimonio de mil 316 propietarios de vehículos de todas marcas, que los criminales les han arrebatado de forma violenta en carreteras, estacionamientos de centros comerciales o en plena calle de la ciudad.
Por la violencia, los saqueos a comercios y asaltos, se estima que poco más de 7 mil empleados eventuales de pequeños y medianos negocios se quedaron sin trabajo.
“Serán las más tristes fiestas decembrinas, no puedo salir por las noches por miedo a la violencia y sin dinero, ¿a dónde podría ir?”, dice Adriana, estudiante universitaria de 20 años que desde noviembre se quedó sin empleo; trabajaba medio tiempo en una estética de belleza que tuvo que cerrar.
Las ilusiones que tenía este año de celebrar con todos sus familiares la Navidad, con una buena cena e intercambio de regalos, se desvanecieron; se quedó sin empleo y lo que más le angustia, es que no habrá una reunión de hermanos, primos y sobrinos, los tiempos no están para salir por la madrugada para retornar cada uno a su casa.
Luis Enrique también lucha por sobrevivir económicamente. Es técnico dental, de 35 años, está casado y tiene una niña pequeña. Cuenta que su trabajo disminuyó en casi 50% porque la gente no va al dentista, a menos que sea algo urgente.
“No veo cuándo pueda terminar esta pesadilla que nos tiene encerrados por las noches y con preocupaciones económicas”, dice.
A tres meses de iniciadas las disputas y venganzas entre Los Chapitos y Los Mayos, las pérdidas económicas en los sectores productivos, comercial y de servicios, se estiman en 18 mil millones de pesos, aun cuando el gobierno no comparte las cifras.
La presidenta de la Cámara de Comercio y Servicios Turísticos, María Guadalupe Zavala Yamaguchi, señala que dicha estimación surgió de un estudio del Colegio de Economistas.
Sobre su sector, dice que si bien se reactivó y tienen algunas ventas, éstas están por debajo de las proyecciones que tenían para esta época del año, por lo que gestionan con autoridades estatales y federales un programa de créditos blandos, hasta con seis meses de gracia.
“Las ofertas, en los precios de diversos artículos, se han vuelto más atractivas, con descuentos de hasta 50%, pero se requiere reactivar el comercio y evitar nuevos cierres”, estima la lideresa.
El problema de los restauranteros
Un sector muy golpeado es el restaurantero, pues el alejamiento de los comensales en locales de cadenas nacionales y de alta cocina ya llevó al cierre de 24 de ellos, y por ende dejó sin empleos a cerca de mil 200 personas, entre chefs, cocineros, parrilleros, meseros, ayudantes y personal de limpieza.
Laura Guzmán Torrontegui, presidenta de la Cámara de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados, señala que el planteamiento de su sector ante las autoridades estatales es que les gestionen créditos con tasas muy bajas para cubrir aguinaldos.
Explica que, según el tamaño de cada restaurante, se requiere de una ayuda que va de 70 mil a 200 mil pesos por negocio, para cerrar el año con el pago de aguinaldos.
“La gente sí está saliendo, pero sólo por las mañanas y tardes, a desayunar o a comer, en familia o grupos de amigos, ya que la vida nocturna desapareció”, externa.
Guzmán Torrontegui describe que la violencia cambió la forma de vida y los comportamientos de la convivencia, por lo que restaurantes exclusivos en alimentos a base de mariscos o carnes selectas ahora abren en la mañana y ofrecen desayunos, para lograr cubrir sus nominas y conservar los empleos.
Otros sectores afectados
Julio César Silvas Inzunza, experto en gestión de riesgo y presidente de la Alianza Empresarial para el Desarrollo y Competitividad Empresarial, señala que las estimaciones de las pérdidas económicas por la violencia van de los 12 a los 18 mil millones de pesos, sobre todo en el ramo inmobiliario, prestaciones de servicios y espectáculos masivos.
Explica que las ventas de diversos productos y los consumos de alimentos rápidos resienten una mayor caída, ante las continuas suspensiones de clases presenciales, pues al inmovilizar a miles de estudiantes que reciben clases virtuales, se pega a varios sectores, como el del transporte urbano.
Silvas Inzunza señala que, si bien casi todos los negocios están abiertos al público, sus ventas son bajas, por lo que se puso en marcha un programa de negociación con los propietarios de locales y oficinas, para que reduzcan los costos de las rentas en forma temporal.
La visión del gobierno
Sin embargo, las autoridades estatales no comparten las cifras de desempleo y pérdidas económicas que la violencia ha generado.
El gobierno del estado inició un programa de apoyo a pequeños comerciantes y empresarios, con una bolsa de 62 millones 500 mil pesos, de los cuales 42 millones 500 mil pesos se canalizan en entregas gratuitas de 5 mil a 20 mil pesos a comerciantes vulnerables.
Los 20 millones de pesos restantes se ejercerán en créditos de 50 mil pesos a las MiPymes, con seis meses de gracia, pagaderos a un plazo de dos años, dinero que para algo les puede servir, como el consumo de luz eléctrica, según dijo el gobernador Rubén Rocha Moya.
En este marco, Isaac Tomás Guevara Martínez, investigador y fundador del Laboratorio Estatal contra la Violencia de la Universidad Autónoma de Sinaloa, advierte que no se vislumbra una solución a corto plazo en la guerra entre Los Chapitos y Los Mayos, aun con un gran despliegue de militares y elementos de la Guardia Nacional.
Aun así, la prioridad del gobierno es “normalizar” la vida en Sinaloa por lo que anunció que en la segunda quincena de diciembre se abrirá una pista de hielo, con instructores gratuitos, en la explanada de Palacio de Gobierno, en un intento por rescatar la Navidad.