Oaxaca.— “La fiesta no es un espectáculo, es una ofrenda”, expresa la diosa Centéotl representada por Patricia Casiano Zaragoza, una joven mazateca de Huautla de Jiménez, municipio de la región Flores Magón de Oaxaca.
Con su cetro en las manos, está en el centro y límite del arco de la Rotonda de las Azucenas, en el auditorio Guelaguetza, y sobre la circunferencia, a su derecha e izquierda, la acompañan mujeres vestidas con los trajes que identifican a cada uno de los 16 pueblos indígenas y del pueblo afromexicano que habitan el territorio oaxaqueño.
Patricia Casiano declara el inicio de las festividades de la Guelaguetza 2025 y el arranque de la primera función de los Lunes del Cerro con la presentación de las 16 delegaciones.
Minutos antes, el barítono Aldahir Ruiz Santiago, mextizo zapoteco, un cantautor oaxaqueño, interpretó música tradicional. Afuera, persiste una fila de personas de alrededor de dos kilómetros esperando ingresar a la zona gratuita del auditorio, abundan los puestos de comida: tacos, memelas, tortas, tlayudas, empanadas y de bebidas. Una noche antes, cientos de hombres, mujeres, niñas y niños hicieron fila para disfrutar la primera función.
La festividad vivió un incidente: los integrantes de la delegación migrante fueron agredidos por unas personas cuando ingresaban al edificio construido sobre el cerro del Fortín, que emula los teatros clásicos con un escenario circular y las gradas colocadas en los tres cuartos de la circunferencia; no pasó a mayores.
Cuando mextizo zapoteco concluyó su participación, el tenor oaxaqueño Rodrigo Petate interpretó el vals Dios nunca muere, del compositor, también oaxaqueño, Macedonio Alcalá, y que es un himno principalmente para los habitantes de la ciudad de Oaxaca y de su Zona Metropolitana; la canción puso de pie a los más de 11 mil espectadores que abarrotaron el auditorio.
Lee también Oaxaca: 5 recorridos imperdibles, además de ir a la Guelaguetza
Entre los asistentes o invitados especiales estaban la secretaria de Turismo federal, Josefina Rodríguez Zamora; el ministro presidente electo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Hugo Aguilar Ortiz; y la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle García. También estuvo presente el coordinador nacional de Movimiento Ciudadano y excandidato presidencial, Jorge Álvarez Máynez.
La Guelaguetza es una de las principales festividades de Oaxaca. Este año, las autoridades estatales estimaron una ocupación hotelera de 83%, con más de 138 mil visitantes y una derrama económica superior a los 614 millones de pesos.
Para la edición 2025, está contemplada la participación de 58 delegaciones provenientes de las ocho regiones del estado, y representantes de las 16 culturas indígenas y afromexicanas, quienes comparten sus danzas, vestimentas, coreografías y ofrendas.

Lee también Oaxaca, la transformación de una ciudad con sus pros y contras
“Hoy la Guelaguetza nos une”, exclamó la diosa Centéotl, quien hizo un llamado a las nuevas generaciones para “preservar la esencia de nuestras tradiciones. Gocemos de esta fiesta como hermanos… con humildad, hermandad, orgullo y mucho amor”, agregó.
Entonces la fiesta arrancó con las chirimías de los valles centrales, seguidas de las Chinas Oaxaqueñas de Casilda Flores, que bailaron jarabes del valle.
Después las delegaciones de Ciudad Ixtepec con sus sones y cantos jeromeños; Miahuatlán de Porfirio Díaz con sones, jarabes y fandango miahuateco; Santo Domingo Zanatepec con la representación de la boda zoque-zapoteca; Collantes con la Danza de los Diablos; Santiago Zacatepec Mixe con su palangón ceremonial y fandango mixe; Villa de Tututepec de Melchor Ocampo con el fandango de varitas y su mayordomía; Santa María Atzompa con la representación de la bendición a los novios en la casa del padrino de velación.
Lee también Visibilizan la cultura triqui en la Guelaguetza
En la primera función también se presentó San Juan Copala, considerada el centro ceremonial del pueblo Triqui, en la región mixteca de Oaxaca, y que escenificó su tradicional boda.
Uno de los momentos emotivos fue la aparición de la delegación de Tlaxiaco con la Canción Mixteca como música de fondo y que siempre despierta la nostalgia de las personas que emigran y añoran su lugar de origen; y posteriormente siguieron momentos más alegres con la presentación de los sones y chilenas de San Juan Cacahuatepec, el jarabe usileño de San Felipe Usila.
La delegación de San Bartolo Coyotepec ahora fue la encargada de presentar la Danza de la Pluma, baile que muestra el encuentro entre los españoles y los pueblos indígenas, y la Conquista.
Lee también FOTOS. Monumento a La Raza recupera su brillo; aquí paso a paso de la restauración
El momento cumbre con la delegación de San Juan Bautista Tuxtepec con el tradicional baile Flor de Piña, que despertó la euforia de los asistentes a la primera función de la Guelaguetza.
“Que todos los corazones en Oaxaca latan como uno solo al ritmo de los sones”, manifestó al inicio la diosa Centéotl. Al final, los integrantes de cada una de las delegaciones que participaron en la primera función se concentraron en el escenario circular del auditorio para bailar juntos, “en hermandad”.
