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Apatzingán.— El impuesto criminal que grupos delictivos cobran a productores, empacadores y empresas procesadoras de limón ya obligó al cierre de algunas empresas en esta zona de Michoacán.
El precio del limón de empaque pasó, en las últimas semanas, de 11 a seis pesos por kilo, menos los dos pesos fijos que se paga de “cuota” al crimen organizado.
A ese total se le restan otros dos pesos por kilo, que deben pagar por los empaques y las empresas de transporte de carga por circular en carreteras de zonas controladas por grupos criminales.
Por si fuera poco, existe también un nuevo impuesto, el pago de la “multa”, que va de 100 mil a 2.5 millones de pesos, y que se aplica si hay atraso en pagos o si los criminales consideran que fueron “burlados”.
Esto provocó ya el cierre de la empresa Frulider, que se especializaba en la elaboración de aceites y grasas vegetales comestibles, principalmente derivadas del limón.
También cerró sus puertas la empresa Citrojugo y su procesadora Sicar, dedicadas a la misma actividad relacionada a la compra y procesamiento del limón.
Informes de seguridad señalan como responsable de esas extorsiones a Ricardo Madrigal Ávalos, El Barbas, operador de Los Viagras, y líder del grupo criminal de Acahuato.
Fuentes consultadas indicaron que tienen identificado a El Barbas y a su subalterno, Víctor Manuel Sánchez Guzmán, El Manolo, como responsables de la extorsión.
La información en poder de las áreas federales de seguridad refiere que todos los jueves los empresarios, empacadores y productores son citados en las localidades de Acahuato o Cenobio Moreno por estos criminales.
Al no poder pagar el cúmulo de impuestos criminales, las empresas citrícolas decidieron cerrar sus puertas.
Todo eso ocurre entre los múltiples operativos en varios municipios de esa región en Tierra Caliente, que llevan a cabo tanto elementos estatales como fuerzas de seguridad federales.