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estados@eluniversal.com.mx
Guadalajara.— A partir de los indicios recabados tras catear 15 fincas y de las declaraciones de dos personas detenidas, la Fiscalía estatal asumió que los tres estudiantes de cine desaparecidos el pasado 19 de marzo en Tonalá están muertos y que sus cuerpos fueron disueltos en ácido.
Respecto al móvil de la desaparición de Javier Salomón Aceves Gastélum, Marco Francisco García Ávalos y Jesús Daniel Díaz García, la Fiscalía señaló que después de analizar el entorno de los jóvenes se pudo determinar que la tía de Aceves Gastélum, Edna “N”, hoy presa y acusada de lenocinio, está vinculada a integrantes del Cártel Nueva Plaza, que mantiene una guerra contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y los jóvenes quedaron atrapados en medio de ella.
Los capturados señalaron que vigilaban esa finca por ser propiedad de Diego Gabriel Mejía, integrante del Cártel Nueva Plaza, que fue arrestado en ella en 2015 junto con otras cinco personas y quien podría salir pronto de prisión tras cumplir su sentencia. Aunque Edna “N”, tía de Aceves Gastélum, declaró que esa finca le pertenecía, la Fiscalía logró acreditar que el verdadero dueño era Diego Gabriel Mejía, quien además es pareja sentimental de una persona que se dedica a administrar estéticas masculinas donde se paga por sexo y varias de la cuales fueron traspasadas a Edna “N”.
Según las declaraciones de los detenidos, tras informar del movimiento en la finca de Diego Gabriel Mejía, otro grupo del CJNG interceptó a los jóvenes en el Nuevo Periférico y los llevó a una finca en la calle Lechuza 89 en Tonalá; ahí comenzaron a golpear a Javier Salomón Aceves Gastélum para sacarle información de la organización delictiva vinculada a su tía.
Según la narrativa de la Fiscalía, el joven murió a causa de los golpes y para no dejar testigos, sus dos compañeros también fueron asesinados; en esa casa la dependencia encontró rastros de sangre cuyo ADN correspondía al de Jesús Daniel Díaz García. Ahí se localizaron las dos camionetas usadas para privar de la libertad a los jóvenes, armas, identificaciones apócrifas de la PGR y unas esposas con ADN de Marco Francisco García Ávalos.
La Fiscalía señaló que después de asesinar a los jóvenes, sus captores llevaron los cuerpos a la finca de la calle Amapola 450, en la colonia Prados de Coyula, donde supuestamente los deshicieron en ácido. En esa casa se encontraron 46 bidones de 56 litros con ácido sulfúrico a 98%, además de tres tinacos con restos de ácido sulfúrico y material orgánico, del que es imposible extraer ADN. La Fiscalía estatal indicó que se presume que fueron disueltos los cuerpos de más personas.