Tijuana.— Una pareja camina sobre la banqueta de la avenida Revolución, en el centro de la ciudad, y ambos usan cubrebocas. A un costado, un grupo de jóvenes corre y pasa junto a ellos, no rebasan los 20 años, ninguno hasta ese momento se cubría la boca o guardaba distancia.

Todos, uno por uno, pasan a un bar en la calle Primera y nadie los recibe ni con tapete desinfectante ni con gel antibacterial.

La historia se repite en otros negocios, algunos incluso optaron por cambiar de giro para garantizar las medidas sanitarias.

Dejaron de lado la venta absoluta del alcohol y convirtieron las pistas de baile en espacios para colocar un par de mesas alejadas entre otras para evitar concentraciones, pero no todos fueron tan creativos.

En este contexto, las restricciones regresan para Baja California. Vendrá el cierre de negocios y la afluencia en eventos nuevamente deberá limitarse, luego de que el número de casos activos por Covid-19 se incrementó y la cifra de contagios alcanzó los 436, según el último reporte del gobierno estatal del 18 de octubre.

Una boda fue el escenario de un repunte que dejó a por lo menos 125 invitados con coronavirus. Ninguno de los protocolos se aplicó durante la celebración realizada el 3 de octubre pasado, a la que asistieron cerca de 300 personas (200 más de lo permitido) en un espacio cerrado y donde pocos fueron los que usaron cubrebocas.

“No vamos a decir que no hay aumento de casos, definitivamente hay aumento”, admitió el secretario de Salud estatal, Alonso Pérez Rico, durante la transmisión de Facebook que a diario realiza junto al gobernador Jaime Bonilla Valdez.

“El desorden no nada más es en las playas, está en el [mercado] sobre ruedas y en centros comerciales, donde no se respeta el protocolo”, dijo.

Explicó que una de las primeras acciones es reducir el aforo de personas en algunos negocios, pero se plantea la posibilidad de cerrar nuevamente los giros no esenciales.

La estrategia es presentar evidencia de las fallas a cada uno de los alcaldes para que, en conjunto, se tome la decisión que corresponde a la situación.

“Es que uno intenta cuidarse, pero de todos modos siempre hay [lugares] donde no se respetan [las medidas de prevención] y se pierde el esfuerzo”, dice un hombre que perdió la sana distancia frente a un puesto de elotes, en la playa de Tijuana.

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