Cuernavaca.— “Si la gente pudiera ver las lenguas de fuego, sentir el calor extremo, la sofocación por el humo y, sobre todo, la flora devastada y los animales silvestres corriendo para salvar sus vidas, posiblemente cuidarían más los bosques y evitarían provocar incendios forestales”.
Así lo considera Adaeli Martínez Torres, operativa y administrativa de Protección Civil en Tepoztlán, integrante del Centro de Mando que combate el siniestro forestal en el paraje Malinalapa, en el Parque Nacional El Tepozteco, en el municipio de Tepoztlán.
“Allá arriba se siente miedo por el fuego, pero todos nos encomendamos a Dios para salir con bien. Se siente miedo por el calor y también tristeza por la flora y la fauna que mueren por la incon- sciencia de los seres humanos que suben y no siguen las instrucciones para acampar”, narra.
Lo más crudo, dice, es ver a los animales del bosque salir de entre las llamas, algunas veces logran rescatarlos y los hidratan para ponerlos a salvo, pero otras ocasiones mueren calcinados.
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La expansión de las llamas
Martínez Torres se refiere al incendio que avanza de forma exponencial, porque de las 50 hectáreas siniestradas en el primer día, anoche sumaban más de 234, debido a que el fuego fue avivado por vientos de hasta 15 kilómetros por hora, de acuerdo con las autoridades que coordinan el combate de la ignición forestal.
La previsión del Equipo Estatal de Manejo de Incidentes (EEMI), integrado por representantes federales, estatales y municipales, es que el fuego cobrará mayor fuerza en las próximas horas por los vientos y también porque las llamas se esconden en una zona de riscos.
Para reforzar el combate del incendio arribaron dos helicópteros de la Comisión Nacional del Agua, equipados con helitanques, y uno de la Secretaría de la Defensa Nacional con un helibalde.
Las autoridades informaron que los helicópteros trabajarán por tres días, pero estiman que el combate se prolongará hasta cinco o seis días, debido a la topografía accidentada que presenta esta reserva natural.
Lesionados
En conferencia de prensa, el coordinador de Protección Civil en Morelos, Enrique Clement Gallardo, aseguró que en ningún momento el fuego ha puesto en peligro la vida de los habitantes de localidades cercanas, pero admitió que el lunes las llamas estuvieron a 400 metros del poblado de San Juan Tlacotenco, en la cima del parque nacional.
Esto alertó a la población y varios habitantes subieron al cerro a tratar de sofocar el incendio, pero 10 de ellos quedaron atrapados por el fuego y, debido a la concentración de humo, resultaron intoxicados.
Además, uno de ellos presentó una herida en la cabeza y otras dos personas registraron hipotermia por inmersión en el tanque junto al acueducto, para protegerse del fuego.
Por ese percance, las autoridades de Protección Civil pidieron a la población abstenerse de subir al cerro para evitar incidentes.
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“Entendemos la desesperación de todas las comunidades, y especialmente de San Juan, porque el fuego bajó mucho, pero les pedimos no subir para evitar complicaciones como caídas en senderos y cañadas”, pide Adaeli Martínez.
Para la brigadista es necesario que los voluntarios sepan advertir el riesgo y abandonar la zona cuando se acerquen las llamas porque, de lo contrario, quedarán encerrados y en serio peligro.
“Sólo pedimos que se capaciten para saber cómo actuar ante una situación de emergencia, ahora el incendio está en nivel medio y los helicópteros irrigan la parte baja del cerro para evitar que llegue a las casas”.
Conflagraciones por sequía atípica
Desde ayer, los brigadistas han subido al cerro tratando de detener la marcha del siniestro forestal, pero sólo han logrado controlar 20% del siniestro, de acuerdo con las autoridades.
Laura Velázquez Alzúa, coordinadora nacional de Protección Civil, dijo en conferencia que hay 83 incendios forestales en el país como resultado de una sequía atípica. De ellos, cinco son grandes: dos en Guerrero, uno en Querétaro, otros en San Luis Potosí y Monterrey, el de Tepoztlán.