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Culiacán, Sin.- A pesar de los estudios de genética forense, los restos de Irma Edith “N”, de 39 años de edad, permanecieron como "no identificados" durante ocho años en una fosa común de esta ciudad. Este martes, fueron oficialmente identificados a través nuevos estudios de ADN, realizados en la entidad a petición de sus familiares.
Desde abril de 2012, la joven, que trabajaba en un restaurante del municipio de Navolato, perdió el contacto con su familia, que denunció su desaparición en diciembre del 2013.
La Fiscalía General del Estado dio a conocer que, gracias a los avances tecnológicos en materia de genética forense y al trabajo coordinado con el colectivo de rastreadoras “Sabuesos Guerreras”, se logró la identificación de la víctima.
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En la denuncia interpuesta, se mencionó que Irma Edith estaba en compañía de una amiga al momento de su desaparición. Su cuerpo fue localizado junto con el de otra mujer y un varón en una fosa clandestina en las playas del Tambor, Navolato.
Los tres cuerpos, semienterrados, fueron descubiertos por un grupo de rastreadoras el 9 de octubre de 2012. Sólo fue identificado el cuerpo de la otra mujer, por lo que el 23 de marzo de 2013, el Ministerio Público del Fuero común solicitó a la Procuraduría General de la República la elaboración de los perfiles genéticos del varón y la mujer sin identificar.
El 5 de junio del 2013, el dictamen forense de las autoridades federales estableció que no se encontró similitud en los perfiles genéticos de los restos del cuerpo de la mujer con los familiares de Irma Edith, por lo que se almacenaron los datos.
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Su familia solicitó a la Agencia del Ministerio Público Especializado en Desapariciones Forzadas de Personas la extracción de nuevas muestras biológicas de los restos para realizar un otro perfil genético. La entonces PGR dictaminó el 30 de mayo del 2014 que los perfiles genéticos se ingresaron para su cotejo, sin resultados positivos.
El pasado 28 de octubre del 2020, la Fiscalía GEneral del Estado hizo una tercera exhumación del cuerpo para el cotejo del ADN y la elaboración del dictamen en materia de genética forense, el cual resultó positivo, por lo que los restos fueron entregados a su familia.
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