Tierra Caliente.— Para los habitantes que han sido desplazados de sus poblados de los municipios de Coalcomán y Tepalcatepec, “la muerte los persigue y a donde vayan ahí llega”, dicen.
Ellos han tenido que huir de sus hogares y rancherías debido a que se han convertido en campos de guerra entre grupos armados, por lo que buscan refugio en las cabeceras municipales.
Doña Mati asegura que “la muerte los persigue”. Primero en Coalcomán, donde se enfrentan grupos armados y después en Tepalcatepec, donde una célula criminal ataca a diario.
Platica que toda su vida vivió en los límites de Michoacán y Jalisco, donde forjó un patrimonio agrícola y de ganado porcino, pero todo lo perdieron.
“Nomás se escuchaba una balacera y nos salimos. No íbamos a dejar que nos mataran junto con el niño y por eso corrimos”. Relata que mientras cocinaba o realizaba otras tareas, los estruendos de los fusiles de asalto y explosivos hacían que suspendieran sus actividades.
Doña Mati lamenta que hoy vivan de las donaciones de los pobladores de Tepalcatepec, quienes los sacaron de la zona de violencia y se hacen cargo de ellos.
El pueblo instaló un refugio y un centro de acopio de víveres, ropa, calzado y ayuda para las familias desplazadas que han aumentado en los últimos días, e incluso, algunos propietarios han prestado viviendas para que habiten las familias desplazadas.
Los ojos de doña Mati se humedecen cuando voltea a ver a su hija y a su nieto sentados en la calle, pero asegura que a pesar de su edad, no los dejará solos.
“Lo peor es que haya un gobierno echado para atrás. Ese programa de abrazos, no balazos, no está resultando”, considera.
El religioso instauró la campaña de ayuda a los miles de desplazados, pues describe que las víctimas tienen que dejar todo para salvar sus vidas y huyen en condiciones de miseria hacia algún lugar más seguro.
López Gerónimo platica que, a unos pasos del centro de acopio y de uno de los refugios recibe a otro nutrido grupo de familias desplazadas. “Desde niños, hasta jóvenes, mujeres, adultos y adultos mayores han sido abandonados, pero afortunadamente hay personas de buen corazón que han ayudado”, dice.
El sacerdote hizo un llamado nuevamente a los gobiernos estatal y federal para que atiendan el tema de la violencia y a los desplazados, porque asegura, “cada vez se sale más de control”.
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