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Xohuayán, Yuc.— Esta pequeña comisaría de apenas 4 mil habitantes ha sido desde hace años, y en el presente, un punto de envío de migrantes hacia Estados Unidos, quienes buscan oportunidades que les permitan vivir mejor a ellos y a sus familias.
“El sacrificio vale la pena, están lejos pero mejoramos, la milpa apenas da recursos para comer y no hay mucho empleo. Estando ahí, nos mandan dinero y hemos podido salir adelante”, coinciden una buena parte de jóvenes y pobladores de este lugar, muchos de los cuales ahora se encuentran preocupados, tensos y al pendiente de sus seres queridos que viven en territorio estadounidense y podrían ser víctimas de las redadas masivas que están realizando desde la llegada del presidente Donald Trump.
De acuerdo con cifras recientes del Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya (Indemaya), alrededor de 280 a 310 mil yucatecos se encuentran en la Unión Americana trabajando en cocinas, restaurantes, hospitales y en la pisca de fresa y durazno en California.
Divisas
Al cierre de 2024, las remesas enviadas por yucatecos desde Estados Unidos ascendieron a aproximadamente 8 mil 500 millones de pesos, lo que representa alrededor de 1.77% del Producto Interno Bruto (PIB) del estado.
Cerca de 310 mil yucatecos residen en Estados Unidos, de los cuales unos 100 mil no cuentan con un estatus migratorio regular.
La mayoría vive en estados como California, Texas, Nevada, Illinois y Nueva York. Los municipios yucatecos que reciben la mayoría de las divisas desde Estados Unidos son Mérida, Oxkutzcab, Tekax, Peto, Akil, Tizimín, Hunucmá, Motul, Cenotillo y Peto.
“Sólo un año más”
Santos Fernando Canul Sulub, de 38 años, se encuentra en San Bruno, California, partió de Xohuayán hace siete años y desde entonces le envía cada 15 días dinero a su esposa Fanny Cauich Interian y a su hijo.
“Gracias a ello logramos tener esta casa, amplia y cómoda”, señala Fanny a EL UNIVERSAL, y relata que antes vivían en una casa de paja y láminas, en la que estaban ella, su esposo, el niño, sus suegros, un cuñado y su concuña.
“Todos vivíamos apretados, apenas podíamos movernos adentro, pero poco a poco Santos nos enviaba dinero y construimos la casa de dos pisos con cuatro cuartos, dos baños y una amplia cocina”, relata.
La vivienda resalta sobre otras de paja y de menor tamaño. Fue edificada en un terreno que les regaló el suegro de Fanny. Ella es oriunda de Tekax, Yucatán, colindante con Oxkutzcab, de donde depende la comisaría de Xohuayán, y conoció a su ahora esposo a los 15 años.
Ante la ausencia de Santos, quien mediante videollamadas le habla prácticamente todos los días, Fanny y su suegra Irma Sulub Cauich se encargan de la casa y las labores domésticas. Además, vende ropa que adquiere en la capital del país a donde ha viajado en tres ocasiones.
La mujer comenta que el proyecto de Santos es regresar hasta el cierre de 2025; es decir, un año más, porque están construyendo un local para fiestas, que no hay en ese pequeño poblado.
“Será nuestro negocio, una vez que terminemos la obra, él volverá”, comparte Fanny.
La mayoría de los habitantes de Xohuayán sólo hablan y entienden la lengua maya, como Doña Irma, madre de Santos. Apoyada por su nuera y nieto, precisa que tiene miedo por las “locuras que dicen que está haciendo el presidente de Estados Unidos contra los mexicanos”.
Agrega que ruega a Dios para que su hijo Santos Fernando no sea detenido y deportado, sino que logre estar un año más para terminar el proyecto de su negocio familiar y pueda regresar.
Mexicanos se guardan
Santos Fernando habló con su esposa mediante una videollamada y comentó que los mexicanos que laboran en San Bruno se guardan una vez que terminan sus labores porque “hay temor por los recorridos de la migra y de la policía”.
Señala que la situación ahí es muy incómoda por todo lo que dice el presidente Trump sobre los mexicanos, pero en su caso, advierte que lo único que desea es ganar dólares para terminar el local de fiestas.
“Ya tengo siete años aquí, sí quiero volver a mi pueblito, pero primero debo terminar ese local”, explica.
Programas de apoyo
El gobierno de Yucatán, a través del Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya (Indemaya), envió un mensaje de solidaridad y respaldo para todos los migrantes yucatecos que actualmente viven en territorio estadounidense.
El gobierno estatal ha tomado las medidas necesarias y ha dispuesto mecanismos de atención para todas aquellas personas migrantes que lo requieran. Estas acciones se realizan en colaboración y sintonía con el gobierno federal.
Desde el Indemaya se atenderán todas las solicitudes para otorgar el acompañamiento necesario en materia de asesoría legal, apoyo económico para yucatecos en retorno voluntario e involuntario, entre otros.
La directora del instituto, Fabiola Loeza Novelo, subraya que desde el gobierno del estado se trabaja en colaboración con el gobierno federal para atender a la población yucateca migrante, en conjunto con el programa federal México te abraza.
Destaca que Indemaya atiende todas las llamadas telefónicas y existe una línea de WhatsApp enlazada con diferentes municipios para conocer la situación y necesidades de los migrantes originarios de las demarcaciones.
Para atender a esta población, se cuenta con una Mesa Interinstitucional de Atención a Migrantes, en la que convergen dependencias de los tres niveles de gobierno, como el Registro Civil, la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Instituto Nacional de Migración (INM), el Consulado de Estados Unidos, la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY), la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey), entre otras.
