Un bebé recién nacido apareció descuartizado en el municipio serrano de Astacinga, zona montañosa central de Veracruz.
Los restos humanos fueron expuestos por perros y vistos por niños, quienes dieron aviso a adultos.
Las partes del bebé aparecieron esparcidos y presentaban huellas de quemaduras, lo que generó una gran conmoción en la población indígena.
Habitantes de la región exigieron justicia y castigo a los responsables.
La Fiscalía General del Estado investiga el caso y a los probables responsables, ello en medio de una comunidad enardecida.
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