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Poza Rica.— Leticia García apenas había llegado a la Central de Autobuses de Poza Rica para iniciar su jornada de trabajo, el pasado viernes 10 de octubre, cuando la corriente de agua por el desbordamiento del río Cazones inundó el lugar.
Ayer, seis días después, sus hijas encontraron su cuerpo, en un predio frente a la terminal, hasta donde consideran que la arrastró la creciente.
“Se la llevó el agua”, dice su hija Sari, quien apenas puede pronunciar una palabra por el fuerte llanto que le provocó la impresión de ver a su madre envuelta en una sábana blanca, luego de haber sido encontrada por la Comisión Local de Búsqueda.
Hace un par de días, Carlos García, hermano de Leticia, platicó a EL UNIVERSAL que fue vista por última vez cuando intentaba cruzar el agua junto a dos compañeros del trabajo.
De acuerdo con su versión, Lluvia y Sari —las hijas de Leticia— mantenían la esperanza de encontrarla con vida, ya que uno de sus colegas de trabajo sobrevivió y fue rescatado, aunque con golpes.
Sin embargo, ayer descubrieron que ella y otra persona más fueron arrastrados por la corriente.
El lunes, frente a la cental camionera, Sari relató que al iniciar la contingencia intentaron regresar a buscar a su madre, pero el nivel del agua lo hizo imposible.
“Pensamos que la habían subido al techo, pero después nos dijeron que no la vieron”, comentó.
Mencionó que desde ese momento comenzó una búsqueda desesperada en albergues, hospitales y el Servicio Médico Forense, sin que tuvieran éxito.
Sus hijas cuentan que Leticia García llevaba años trabajando como personal de limpieza en la terminal de autobuses de Poza Rica.
La describen como una mujer alegre y trabajadora, a quien no le importaba laborar desde temprano, pues tenía muy buena relación con sus compañeros de trabajo.
Mencionan que era diabética y había enfrentado problemas pulmonares; según su familia, estaban preocupados de que pudiera encontrarse grave en alguna clínica, por el susto que le habría provocado la inundación.
El día de la tragedia, doña Leticia vestía su uniforme de trabajo, que se componía de una blusa blanca y pantalón azul.
Ayer por la mañana, su familia aún seguía recorriendo la zona devastada por las lluvias, con la esperanza de encontrarla, pues al igual que Leticia otras personas conocidas de la familia García se hallaban en estatus de desaparecidos, y fueron encontradas en hospitales o casas de sus vecinos, pero doña Leti no corrió con la misma suerte.
Por la tarde, Carlos García, hermano de Leticia, recibió una alerta por parte del equipo local de búsqueda, y acudió al predio donde le dijeron que se encontró el cadáver de una mujer, justo frente a la Central de Autobuses.
Al constatar que la ropa del cuerpo encontrado coincidía con la que llevaba Leticia el pasado 10 de octubre, Sari, Lluvia, Santiago —esposo de Leticia— y Carlos, confirmaron que su madre, esposa y hermana, era ese cadáver que había permanecido casi una semana bajo el lodo, entre palmeras y a la orilla del brazo del río Cazones.
De acuerdo con cifras oficiales, en Veracruz se reportaban hasta ayer 30 personas fallecidas y 18 desaparecidas, entre ellas está considerada Leticia García, quien ya contaba con una ficha de búsqueda.
“Estaba ahí solita”, lamentó Lluvia, entre lágrimas al abrazar a su hermana Sari; mientras, elementos de los servicios periciales retiraban el cadáver de su madre.
Juntas, caminaron de la mano hacia la Central de Autobuses para confirmar al grupo de búsqueda que habían encontrado a doña Leti.
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