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estados@eluniversal.com.mx
El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores (PRI), llega a su cuarto año de mandato y afirma que su estado está de pie, que hay gobernabilidad y que tanto la actividad económica como la social se desenvuelven sin mayores problemas.
Reconoció que Guerrero ha sido estigmatizado como una entidad violenta, donde sólo puede haber conflictos y problemas, lo que responde a intereses como la competencia por el turismo, pero los guerrerenses están de pie y han dado lucha con dignidad.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el mandatario local afirmó que en este momento existen las condiciones para que los turistas visiten Acapulco, Ixtapa Zihuatanejo y Taxco, puesto que hay gobernabilidad y estabilidad después de lo que él llamó “los dos años de la tragedia”, en alusión al paso de los huracanes Ingrid y Manuel en 2013 y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014.
Pidió que para el presupuesto de 2020 haya recursos importantes para el turismo, la infraestructura y el campo, puesto que aseguró que Acapulco sigue siendo uno de los mejores polos turísticos del país.
Astudillo Flores reconoció que no se ha resuelto el problema de la inseguridad, pero destaca que lograron sacar a Guerrero de la lista de estados más violentos del país.
Agregó que la baja en los homicidios dolosos fue gracias a que se enfrenta a la delincuencia con gran determinación, a la ayuda de la Federación y a un tema colectivo, pero aclaró que no se va a colgar las medallas como héroe por los avances del estado, porque no lo es ni aspira a serlo.
Dejó en claro que a pesar de ser de diferentes partidos no hay ningún conflicto con la Federación y, por el contrario, hay colaboración.
Llega a su Cuarto Informe de Gobierno, ¿cómo se siente y cómo está Guerrero?
—Me siento bien, con los pies sobre la tierra, sereno, pero determinado para muchas cosas que conllevan gobernar un estado como Guerrero. Llego al cuarto año con un recorrido que acabo de hacer, donde encontré una entidad dentro de la normalidad de gobernabilidad.
Como todos los estados y el país, tenemos un problema que es la inseguridad, pero creo que también en ese tema las cifras son mejores que hace cuatro años, cuando Guerrero estaba en el número uno por todos los delitos de alto impacto; ahora llegamos al cuarto año con una disminución notable de todo esto.
Nos hemos salido de los estados más violentos. En el informe que dio el secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana [Alfonso Durazo] se da cuenta de esto.
¿Guerrero está de pie, hay gobernabilidad y los ciudadanos pueden visitarlo?
—¡Claro! Hay gobernabilidad. Guerrero se desenvuelve dentro de la actividad económica y social sin mayores problemas.
Para tener un análisis rápido, hay que recordar cómo estaba hace cuatro años: 32 municipios tomados, edificios quemados, bloqueos en todos lados, una situación económica de crisis; políticamente, en una situación de mucha confrontación, derivada de lo que yo he llamado “los dos años de la tragedia”.
Primero, con Ingrid y Manuel, dos fenómenos naturales que devastaron Guerrero, y posteriormente con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala.
Llegué a ser gobernador en el momento más complicado en que ha llegado [alguien] a tomar la responsabilidad en Guerrero, pero tras cuatro años, las cosas han caminado.
¿Qué hizo Guerrero para revertir la inseguridad?
—Una gran determinación de muchos. El tema de enfrentar la inseguridad no es un tema de uno, es un tema colectivo y yo lo que menos quisiera es colocarme como un héroe, porque ni lo soy ni aspiro a serlo. Lo que ha habido es una gran voluntad de coordinación en los últimos tiempos y una gran determinación y constancia para enfrentar los problemas. En ocasiones, enfrentar a la delincuencia con una gran determinación, tomar decisiones, pero también destaca la ayuda de la Federación. No lo puedo soslayar, ha sido muy importante.
Guerrero no ha estado solo, ha contado con una ayuda importante de la Federación; antes, con el gobierno que pasó y, ahora, con la presente administración.
Hay que reconocer que todas estas mesas por la paz y la justicia que se han implementado en todo el país han sido buenas, ha habido voluntad del gobernador y no hay conflictos con el gobierno federal.
¿Se ha estigmatizado al estado?
—Sí, yo creo que sí, porque además en Guerrero hay muchos intereses para estigmatizarlo como un estado violento, en donde sólo puede haber problemas y conflictos, y todo esto tiene que ver con los intereses.
Guerrero es un estado de intereses: hay turismo y hay una gran competencia para el turismo; hay competencia con otros lugares —que no los voy a decir—, pero son muy notables en el país.
Cuando pasa algo en Acapulco, por supuesto que la nota corre muy rápido, y como pasa también en otros centros turísticos.
¿Los centros turísticos son muy atractivos mediáticamente?, yo creo que sí, pero también los guerrerenses hemos dado una lucha con mucha determinación y dignidad en los últimos tiempos para mantenernos de pie; no ha sido fácil.
Hay un debate importante sobre la despenalización de la marihuana, ¿cómo ve este tema?
—En el mundo hay una ruta que es, primero, estar en lo medicinal y, después, pasar a lo lúdico.
Yo creo que el tema lúdico tarde o temprano va a llegar, porque estamos en un mundo donde todo corre para arriba o para abajo, de abajo para arriba y de arriba para abajo, pienso que lo lúdico va a llegar. ¿Cuándo?, no lo sé, pero va a llegar.
Respecto a la amapola, ese es un asunto más fuerte. Todavía genera mucha violencia por el control, se ha decaído el precio: lo que antes costaba 20 mil pesos hoy cuesta de 3 mil a 5 mil pesos, hay menos interés de sembrarlo, de producirlo, además los riesgos y, por supuesto, todo lo que conlleva a las cuestiones de carácter penal. Yo lo que creo es, como lo dije hace tres años, que el tema de la legalización de la amapola para la ruta medicinal debe continuarse, debe hacerse y, tarde o temprano, la legalización de la amapola para su uso medicinal va a llegar.
¿Cómo va la inversión?
—La inversión ha sido buena, debo reconocer que en el último año ha disminuido. En la preocupación para el presupuesto 2020 está no solamente el gobernador de Guerrero, sino todos los gobernadores.
Yo espero que de aquí al 15 de noviembre, la Cámara de Diputados [apruebe] recursos para el campo, infraestructura, y cuando hablo de infraestructura hablo de carreteras, de agua potable y de drenaje, y, por supuesto, el turismo también tiene que encontrar un camino para la promoción mundial y en el país.
¿Cómo ve a Acapulco?
—Bien, Acapulco se ve bien, sigue habiendo una gran cantidad de inversiones en temas de carácter de condominio, buenos, importantes; Acapulco sigue siendo un pueblo extraordinario porque al final de cuentas sigue siendo un punto muy cercano a la Ciudad de México.
Y le sumamos otro punto de acceso, no solamente Morelos, sino Puebla, porque con la apertura de la carretera Siglo XXI —que parte de las cercanías del lago de Tequesquitengo hacia Puebla— los poblanos hoy hacen tres horas a Acapulco.
¿Ha recibido apoyo federal?
—Sin duda y lo agradezco públicamente, el tema de la inseguridad es un tema atendido en mucho por la Federación; obviamente con lo que tenemos nosotros, la policía estatal y la fiscalía, que han ayudado a que obtengamos mejores resultados, detenciones importantes.
¿No está muerto el PRI frente a la Cuarta Transformación?
—Estoy convencido de que no. Yo creo que es una fuerza y en el PRI hay experiencia, hay una cultura de aptitud de quienes nos hemos formado dentro de él y creemos que hay muchas cosas que se tienen que hacer por este país.
Un mensaje para los ciudadanos de Guerrero...
—A cuatro años, el estado está colocado en otra circunstancia; hay que seguir trabajando, estoy muy comprometido con las siete regiones y los 81 municipios, con el tema de seguridad, con el social, con el de generar inversión como el turismo. Trabajo todos los días y seguiré trabajando todos los días; no es un pose, no es una expresión, así lo seguiré haciendo hasta el último de mis seis años como gobernador.