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estados@eluniversal.com.mx
Tapachula.— Elementos de la Guardia Nacional, la Policía Federal y del Instituto Nacional de Migración (INM) frenaron la marcha de unos 2 mil migrantes centroamericanos, caribeños y africanos, quienes en caravana pretendían avanzar hacia la frontera norte del país para pedir asilo en Estados Unidos.
Un despliegue de las fuerzas de seguridad sorprendió a los extranjeros, quienes la madrugada del sábado salieron de Tapachula.
Les faltaban nueve kilómetros para ingresar al municipio de Huixtla, donde harían su primera escala para descansar y este domingo continuar el trayecto, cuando fueron detenidos por decenas de militares.
Otro grupo de la Guardia Nacional se ubicó detrás del contingente de migrantes y los “encapsuló”; algunos dejaron la carretera federal, se desviaron a un camino de terracería y corrieron al monte.
Los agentes persiguieron a los migrantes por la zona para obligarlos a entregarse. Algunos lo hicieron y fueron subidos a vehículos oficiales para trasladarlos a la Estación Migratoria Siglo XXI en la ciudad de Tapachula.
Irineo Mújica Arzate, de la organización Pueblos Sin Fronteras, dijo que los uniformados federales se colocaron en un tramo de la carretera costera, unos nueve kilómetros antes de Huixtla, para contenerlos.
Fue así como “militares y policías” cerraron el paso a los extranjeros, que se replegaron y huyeron a los lados de la carretera, se fueron entre la maleza y a las rancherías perseguidos por los policías para que se entregaran.
Mújica relató que la caravana había avanzado unos 20 kilómetros cuando fue sorprendida por una intensa lluvia, así que algunos migrantes agotados por el esfuerzo se entregaron y los subieron a autobuses para el retorno a Tapachula, otros fueron perseguidos. “La caravana fue desmantelada”, enfatizó.
Desesperación. Los migrantes se encontraban varados en Tapachula desde hace más de seis meses. Aguardaban el cumplimiento de solicitudes de regularización y paso franco para atravesar el país sin impedimentos de autoridades.
Querían llegar a la Ciudad de México para exigir al presidente Andrés Manuel López Obrador ayuda para salir del limbo legal en que se encuentran.
Muchos aseguran que ingresaron a México desde hace cuatro o seis meses y que esperaban que el Instituto Nacional de Migración (INM) les brindara documentos para circular legalmente por el país, pero al no tener respuesta determinaron iniciar la caminata.
Se trataba del primer movimiento masivo de extranjeros sin papeles desde que el gobierno mexicano desplegó en junio pasado un gran operativo de seguridad en la frontera sur, para contenerlos.
En junio pasado, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó al gobierno de López Obrador con imponer aranceles crecientes a las exportaciones mexicanas — 80% de las cuales tienen como destino Estados Unidos— si no frenaba los flujos migratorios irregulares.
En respuesta, México se comprometió a realizar esfuerzos para contener la inédita escalada migrante, que entre enero y mayo se disparó casi 150%.
Para ello, el gobierno desplegó unos 21 mil soldados, 6 mil en su frontera sur —acceso de la gran mayoría de indocumentados— y unos 15 mil en el norte, donde comparte 3 mil 200 kilómetros de frontera con la Unión Americana.
Además, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que su gobierno ayudaría al detener el flujo de migrantes centroamericanos a Estados Unidos por medio de visas de trabajo en México. Los migrantes aseguran que huyeron de la pobreza y violencia en sus países. Con información de agencias