Celaya.— Esta tierra, con una dulce tradición en la producción de cajeta, enfrenta desde hace siete años niveles de alta violencia que en 2021 la colocaron en el primer lugar entre las 50 ciudades más violentas del mundo. El Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) mantienen operaciones y su lucha crminal, pese a la incursión de las fuerzas federales.
Hoy 10 de octubre, el exmaestro universitario Juan Miguel Ramírez Sánchez rendirá protesta como presidente municipal de Celaya para el periodo 2024-2027.
Ramírez Sánchez sustituyó a la candidata de Morena, Gisela Gaytán, quien fue asesinada el pasado 1 de abril en el arranque de su campaña.
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“Los próximos tres años vamos a hacer que siga aflorando la esperanza”, expresó el próximo edil en vísperas de su toma de protesta. Para su seguridad personal, admitió que pedirá al gobierno federal la protección de la Guardia Nacional.
Celaya presenta una espiral de eventos criminales de alto impacto como homicidios, extorsiones, actos terroristas con uso de bombas y artefactos explosivos, bloqueos incendiarios, ataques a las bases de seguridad, comercios, talleres y bares. A nivel estatal, la ciudad es la número uno en asesinatos de policías, con 20 homicidios en los primeros 10 meses de este año.
Las extorsiones por cobro de derecho de piso abarcan desde pequeños puestos callejeros en tianguis hasta negocios establecidos, como tortillerías y carnicerías, y están asociadas a los múltiples asesinatos registrados en la zona.
El 3 de septiembre pasado la Coparmex difundió que Celaya se encuentra en la posición ocho de los 10 municipios del país con mayor extorsión, de acuerdo con datos de enero a junio de 2024 del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional del Seguridad Pública.
Hartos de la violencia, estudiantes, tortilleros, madres buscadoras y ciudadanos salen a las calles a manifestarse frente a la presidencia municipal con exigencias de seguridad, justicia y, sobre todo, que se ponga freno a la violencia.
La violencia no para
Juan Miguel Ramírez Sánchez proyecta dar la batalla a la delincuencia con el coronel Pablo Muñoz Huitrón al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quien es bien visto por la presidenta Claudia Sheinbaum, por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Guardia Nacional (GN), la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y por la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo.
El próximo mando tiene como referencia su desempeño en Yucatán, el estado con menor incidencia delictiva del país, donde coordinó a la Guardia Nacional, además de una experiencia castrense de 20 años.
Algunas acciones iniciaron antes del cambio de poderes. La Guardia Nacional ya tomó el control de la seguridad pública de Celaya. El 22 de agosto, a 49 días del relevo en la administración, en una estrategia de revisión ordinaria de armamento, se desarmó a los policías municipales. Los chequeos se llevaron de tres a cuatro días en promedio y la actual se ha extendido sin justificación.
Sin embargo, la violencia no para. En los primeros 43 días de operatividad de la Guardia Nacional en las calles se duplicaron los ataques y asesinatos en bares, en las colonias y barrios de la zona urbana y en comunidades rurales. Se registraron al menos 110 homicidios dolosos.
“A partir de agosto, septiembre y lo que va de octubre sí tenemos los homicidios al alza. En esa ecuación no está participando la Policía Municipal para el tema preventivo y operativo”, expuso el secretario de Seguridad Ciudadana municipal, Jesús Rivera Peralta.
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Los homicidios se incrementaron arriba de 100%, precisó.
David Saucedo, especialista consultor en Seguridad Pública, confirmó que desde la aplicación del Operativo Trueno de revisión de armas y el repliegue de la Policía Municipal, derivado del ingreso de la GN ante la presunción de que había un vínculo con algún grupo del crimen organizado, se ha disparado la violencia.
El analista expuso que la GN no entra en combate con células del crimen organizado, que es la estrategia que sigue en varios estados del país; en consecuencia, en Celaya mantiene una postura de “brazos caídos”.
“Al final, el remedio resultó peor que la enfermedad: la Guardia Nacional, que no conoce el terreno, que no hace operativos de captura, sólo de presencia disuasiva, [que] no hace decomisos, lo que ha hecho es tener una actitud más permisiva, de brazos caídos frente a los ataques del crimen organizado”, señala Saucedo.
Un fracaso de las fuerzas federales
Celaya se encuentra en un conflicto permanente entre grupos criminales, que son los que llevan el mando de la guerra. El CSRL, con células del Cártel del Golfo y mercenarios colombianos por un lado, mientras que por el otro el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con apoyo de células del Cártel de Tijuana, hacen de las suyas pese a la incursión de las fuerzas federales, señaló Saucedo.
En la recta final de la administración municipal del presidente Ramón Lemus Muñoz Ledo (2015- 2018), tras la penetración silenciosa de los cárteles, la violencia se detonó y alcanzó niveles “nunca antes vistos” en el gobierno de la alcaldesa Elvira Paniagua (2018-2021) y no se ha detenido.
El alcalde saliente, Javier Mendoza Márquez, “no pudo con la encomienda a pesar de las promesas de campaña. No tenía los recursos materiales, financieros, humanos”, señaló el experto en seguridad.
Incluso, el alcalde fue víctima de la violencia, su hijo, Guillermo Mendoza Suárez, fue asesinado el 17 de agosto de 2022.
“El escenario no ha cambiado, sigue habiendo una disputa entre el Cártel de Santa Rosa de Lima y el Cártel Jalisco Nueva Generación por el control de las colonias para el punto de venta de drogas al menudeo”, señala Saucedo.
El especialista asevera que desde hace tiempo debió haber llegado a Celaya el Grupo de Élite de la Marina, que en escenarios de alta violencia, como Ciudad Juárez y Nuevo Laredo, ha solventado la situación y ha permitido salir adelante.
Consideró que es momento de reconocer el fracaso de la Sedena y la Guardia Nacional en este municipio y solicitar el arribo de la Marina.
“Hay que reconocer que la Sedena y la Guardia Nacional, después de haber mandado cuando menos a seis generales a la zona, han fracasado todos ellos”, aseveró.
La joya de la corona
El portafolio criminal aquí incluye venta de drogas al menudeo, canales de distribución hacia Estados Unidos, extorsión, robo de vehículos de alta gama, robo de cajeros automáticos y robo de combustible.
Las acciones del CSRL son más amplias que las del CJNG.
En octubre de 2017, José Antonio Yépez Ortiz El Marro, líder del CSRL, declaró la guerra al CJNG en un video que fue viral.
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La guerra abarcó León al norte y Pénjamo hacia el sur; fueron expandiéndose hasta llegar a las puertas de Querétaro, donde se ubica Celaya, ciudad que el Cártel de Santa Rosa considera “la joya de la corona”, explica Saucedo.
El CSRL controla la zona urbana de Celaya; en algunos puntos de la zona rural hay presencia del CJNG, que lanza “acciones de comando” para tratar de erosionar a su rival; ha sido un acoso permanente.
Ante este escenario, las familias han optado por mandar a sus hijos a estudiar fuera. Una de ellas es Mariana, abogada independiente, cuyos hijos estudian en León.
“Hay problemas en todo el país, pero Celaya se cuece aparte, aquí deveras está cabrón”, expresa.