Más Información

“Lastra”, de desaparecido a presunto reclutador del CJNG en el rancho Izaguirre en Teuchitlán; Fiscalía mantiene ficha de búsqueda

Papa Francisco aparece en balcón del hospital para bendecir a multitud; es la primera aparición tras 5 semanas hospitalizado
Hace 10 años, cuando Silvia Ortiz, madre buscadora de una mujer desaparecida, salió junto con integrantes del Grupo Vida a realizar una búsqueda a un predio del municipio de Matamoros, Coahuila, se topó con el rechazo y el cuestionamiento de la autoridad.

“¿Qué están haciendo?, ustedes no pueden ni deben estar haciendo eso”, reclamaron funcionarios a las familias, pero ese día, con pico y pala, las familias de personas desaparecidas comenzaron por primera vez a cavar la tierra en busca de restos óseos, de indicios de masacres, de una pista que los llevara a saber de sus seres queridos que no han vuelto a casa.
Lee nota completa Teuchitlán no es el primero, madres buscadoras llevan una década localizando zonas de exterminio

Hallan zonas de exterminio
Una década después, Grupo Vida ha encontrado 27 zonas de exterminio en la región Laguna. Todos son sitios donde han hallado el horror: fragmentos óseos calcinados o carbonizados; paredes con los agujeros de los disparos, como si se tratara de un paredón; tambos agujereados donde el relato refiere que quemaron a las personas; esposas, vestimenta, calzado, entre otras cosas.

También, en una década, las familias se han convertido en especialistas forenses capaces de detectar si un fragmento óseo pertenece a un animal o a un humano e inclusive la parte del cuerpo a la que pertenece.

Desde aquella primera búsqueda en el municipio de Matamoros, han tenido decenas más. Entre semana o fines de semana, las familias salían a campo, primero solos, después, acompañados por equipos especializados del estado o la Federación.
Lee también “¡Está hueco!”; madre buscadora rompe en llanto al golpear piso del Rancho Izaguirre en Teuchitlán

Patrocinio, su primer gran hallazgo
Las búsquedas están dirigidas a los lugares donde personas anónimas, a través de llamadas, mensajes de celular o mensajes en redes sociales, les avisan que sucedió un posible exterminio; que veían camionetas con hombres armados, que veían las llamaradas de fuego o que escuchaban el llanto de la tortura. Así llegaron a Patrocinio, en el municipio de San Pedro de las Colonias, su primer gran hallazgo y el más importante en 10 años.
Lee también FOTOS: “Rancho Izaguirre se convirtió en un teatro”; madres buscadoras aseguran que es una burla
maot