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El 25 de enero, autoridades de los tres órdenes de gobierno presentaron las instalaciones de lo que hoy opera como el Centro de Atención al Migrante (CAM), un espacio que era un salón conocido como Flamingos Eventos y que ahora sirve de refugio temporal para mexicanos deportados, donde reciben apoyo para tramitar documentos, atención médica y opciones de trabajo en otros estados del país.
Condicionan apoyo a migrantes
Aunque el gobierno federal indicó que las personas repatriadas recibirían ayuda para integrase a la comunidad, entre otros servicios, con una bolsa de trabajo, algunas de las personas deportadas prefirieron dejar las instalaciones debido a que les condicionaron el apoyo y su estadía a cambio de no salir, aun cuando se trata de buscar trabajo.
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Tras su deportación, Javier fue trasladado al CAM, en Tijuana. Vivió durante 25 años en Estados Unidos y, aunque es mexicano, ya no hay nada que recuerde de este país. Desde el segundo día que pisó territorio mexicano quiso salir a buscar empleo, pero la respuesta fue clara: si sales ya no entras.
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“Duré nomás dos días”, cuenta Javier, de 32 años y deportado desde Arizona, donde vivió durante 25 años, más de la mitad de su vida
“Sentí como presión para que me fuera [del CAM], como si no nos quisieran ahí, porque no entiendo cómo quieren que uno le haga. Les digo que quiero buscar trabajo y me dicen que ok, pero si salgo ya no puedo volver, mejor me fui”, relata.
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Javier es uno de los mexicanos que han sido repatriados en los 15 días que lleva la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Aunque habla español, porque en su familia es la lengua materna, le cuesta expresarse con la misma fluidez que al hablar inglés, el idioma que habló durante las últimas dos décadas, desde que iba en la Elementary School, como dice él.
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Javier forma parte de un grupo de personas repatriadas en la última semana que fueron trasladadas al Centro de Atención al Migrante de Tijuana, pero que dejaron las instalaciones para poder buscar un empleo en la frontera, con la intención de generar sus propios recursos.
Refugio para migrantes
Para ello salieron del albergue temporal que habilitó el gobierno y, por sus medios, encontraron otro que los recibió: La Casa del Migrante, una asociación civil que opera como refugio para migrantes desde hace más de 30 años, donde dan alimentación, atención sicológica, asesoría legal y, durante los últimos años, apoyo con talleres y ofertas de empleo.
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maot