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A unos días de que puedan iniciar las deportaciones anunciadas por el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, los encargados de albergues de migrantes en Ciudad Juárez dicen que no han tenido acercamiento con las autoridades estatales ni federales, ni han sido tomados en cuenta para una coordinación en caso de que deban recibir a los deportados.
Albergues se alistan con recursos propios
Señalan que se están preparando con recursos propios para ampliar su capacidad y contar con insumos para operar, aunque también necesitan ayuda y donaciones.
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Francisco Javier Bueno, titular de la Casa del Migrante, y Juan Fierro García, quien encabeza el albergue El Buen Samaritano, coinciden en que lo que más les preocupa es conseguir alimentos e insumos básicos. “Tenemos la necesidad de alimentos, porque nuestra capacidad es de 180 personas, pero por cuestión de alimento no podemos recibir a más de 50, porque nos falta para darles atención digna”, explica Fierro García a EL UNIVERSAL.
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Advierte que en caso de que se concrete una deportación masiva, no podrían recibir a la gente si no tienen alimentos suficientes.
En la Casa del Migrante la situación es similar. “Estamos necesitando del apoyo para poder brindarles la atención necesaria, sobre todo con cuestiones de alimento”, dice Francisco Javier Bueno.
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Preocupa incremento de inseguridad en las fronteras
En Reynosa, Tamaulipas, Héctor Silva, director del albergue Senda de Vida, teme que las deportaciones generen problemas sociales y de inseguridad en las fronteras, puesto que se presume que los retornos iniciarán con migrantes que hayan cometido delitos en Estados Unidos.
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Silva plantea como una necesidad que el Instituto Nacional de Migración (INM), además de recibir a los migrantes en los cruces internacionales, lleve una bitácora de los delitos que cometieron en Estados Unidos para que lo hagan saber a las autoridades mexicanas y a los albergues donde busquen refugio.
maot