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Además de las extorsiones y las amenazas, ahora los trabajadores en las zonas limoneras de Michoacán están expuestos a los explosivos que dejan en esa región de la Tierra Caliente los grupos criminales, principalmente el Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Viagras unidos en el Cártel Michoacán Nueva Generación.

En el último año, los explosivos colocados en caminos y brechas han costado la vida a 14 personas, entre jornaleros, productores, niños, policías y militares; también se han reportado 16 lesionados. Sin embargo, todos mantienen la actividad agrícola.
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Los operativos de fuerzas estatales y federales han aumentado en esta región, pero se concentran principalmente en torno al Tianguis Limonero, el mayor centro de comercialización del cítrico, en el municipio de Apatzingán.

“Voy con el temor de pisar una mina y ahí quede”
Ignacio Ochoa Valle es un productor de limón y tiene una empresa de fletes para transportar el fruto dentro de la zona donde hay un alto riesgo de explosivos terrestres.
“Me levanto con mucha incertidumbre; veo a mis hijos al salir y sólo voy pensando en que si voy a volver o no voy a volver, por el hecho de... ya ves, estamos en una zona de guerra. Los caminos están minados. Voy con el temor de que me toque la mala suerte de pisar una mina y ahí quede”, confiesa Ignacio mientras recorre con EL UNIVERSAL una de sus huertas, colindantes con terrenos donde siempre hay el temor de que los criminales hayan dejado explosivos.

Para las labores de riego, fumigación y hasta de corte de limón, los trabajadores y el mismo Ignacio y su familia deben recorrer los caminos rurales que, en muchas ocasiones, comunican a los pueblos con las hectáreas de producción.

Esos caminos, llamados callejones o brechas, también representan un peligro para los niños, que día a día los atraviesan para llegar a la escuela o a las huertas.
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