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Chilpancingo.— El chofer del camión repartidor de la empresa Fud atacado a balazos el jueves pasado murió la noche del sábado a consecuencia de las heridas. También se informó de una mujer que fue herida a balazos cuando viajaba en un camión urbano de la ruta Caleta-Base, sobre la Costera Miguel Alemán, en Acapulco.
Este último ataque ocurrió pese a que la Policía Estatal, el Ejército y la Guardia Nacional desplegaron una operación en el puerto tras los ataques que se registraron el miércoles y jueves de la semana pasada contra choferes del transporte público y de camiones repartidores en los que murieron cuatro conductores, dos de transporte, uno de Coca-Cola y otro de Corona. El chofer de Fud que falleció la noche del sábado fue herido en esa jornada.
Por la mañana del sábado, las empresas Coca-Cola, Pepsi, Corona, Fud y Bonafont habían reanudado el reparto de sus productos, que suspendieron un día antes, pero con vigilancia policiaca.
De acuerdo con un comunicado de la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero, policías estatales, elementos de la Guardia Nacional, del Ejército y personal de la Fiscalía General de Estado implementaron una operación para “generar condiciones para la continuidad de las actividades económicas”.
En una fotografía que difundió el gobierno de Guerrero se ve cómo patrullas de la Policía Estatal y de la Guardia Nacional vigilan instalaciones de estas empresas y así como los vehículos repartidores.
Nuevo ataque a transporte público
La noche del sábado, alrededor de las 19:00 horas, a la altura del fraccionamiento Las Playas, sobre la costera, dos hombres a bordo de motocicletas se le atravesaron al camión del trasporte público, obligaron al chofer a que abriera la puerta y dispararon contra una mujer que iba en los primeros asientos.
La mujer, según el reporte policiaco, recibió cuatro disparos y fue trasladada a un hospital.
Apenas el miércoles y jueves, dos choferes del trasporte público fueron asesinados y dos más quedaron heridos en distintos ataques.
Hace un año, en Acapulco se vivió una situación similar, choferes del transporte público fueron atacados por hombres armados. Unos fueron asesinados y a otros más les quitaban sus unidades y las quemaban.
Las agresiones eran parte del hostigamiento que empleaban las organizaciones criminales para exigir el pago de la extorsión.
El servicio del transporte público estuvo suspendido durante unos 15 días, cuando los choferes consideraron que se sentían seguros. En esos días, a través de patrullas de la Policía Municipal y de la Guardia Nacional dieron el servicio a los trabajadores y estudiantes que requerían llegar a sus centros de trabajo y escolares.
