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Washington.— El gobierno de Estados Unidos anunció que desplegará 5 mil 200 soldados en la frontera con México, al tiempo que el presidente Donald Trump insistió en que el avance de la caravana “es una invasión” y advirtió a los migrantes: “Nuestro ejército los espera”.
Al dar el anuncio, el general John O’Shaughnessy, jefe del Comando Norte de EU, explicó que se espera que todos los efectivos estén sobre el terreno para el fin de semana, los cuales se unirán a los 2 mil 92 miembros de la Guardia Nacional que están en la frontera. El objetivo es “endurecer” la zona. “El presidente [Trump] ha dejado claro que la seguridad fronteriza es de seguridad nacional”, declaró
Durante el anuncio, Kevin Mc- Aleenan, comisionado de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), agradeció a las autoridades mexicanas el trabajo y los esfuerzos que están haciendo para frenar la caravana.
Los más de 5 mil efectivos anunciados de manera oficial serían seis veces más que los 800 elementos que se preveían hasta ahora y es uno de los despliegues más grandes que tiene Estados Unidos en el mundo. La cifra también supera la cantidad de migrantes que se intuye puedan llegar a la frontera norte de México.
Shaw Drake, consejero político del centro de derechos fronterizos de la American Civil Liberties Union (ACLU), afirmó que la medida, además de militarizar la frontera y aterrorizar a las comunidades que ahí residen, es una muestra de que el republicano ha elegido “llevar más allá su agenda antiinmigrante de miedo y división”.
La amenaza. El despliegue de los soldados cumple la amenaza del mandatario republicano de militarizar la frontera, en un ejercicio de demostración de fuerza y mensaje antiinmigrante a una semana de las elecciones legislativas en la Unión Americana.
El mandatario estadounidense tuiteó ayer: “¡Esto es una invasión a nuestro país y nuestro ejército los está esperando!”.
En este contexto, cerca de un centenar de agentes de Aduanas y Protección Fronteriza de EU hicieron ayer un entrenamiento de operación antidisturbios en uno de los puentes internacionales en El Paso, Texas. Los efectivos, que portaban armas largas y equipo antimotines, realizaron formaciones tácticas durante 40 minutos, mientras un helicóptero sobrevolaba la frontera.
