Quien con todo y folleto por la “reconciliación” llegó a hacer ruido a Hidalgo, nos narran, fue el senador Ricardo Monreal (Morena), pues antes de ser abucheado en un evento al que acudió, afirmó que pese a las voces que afirman lo contrario, no se va de Morena. Pero eso no fue lo más interesante, sino que don Ricardo aseveró que es el mejor de las cuatro corcholatas morenistas para suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador, al tiempo que dijo que “no será factor de división” en la alianza Va por México, luego de que en repetidas ocasiones se ha planteado que podría ser el candidato de un probable equipo PAN-PRI-PRD. Al final, lo cierto es que don Ricardo no quita el dedo del renglón. Ya veremos si llega a la carrera presidencial.
Las dos caras de Javier Corral
Nos cuentan que a quien no le fue muy bien en la FIL de Guadalajara fue al exgobernador de Chihuhua Javier Corral (PAN), pues apareció como participante en la Primera Bienal de Periodismo Cátedra Vargas Llosa para participar en la mesa en que se discutió sobre la violencia contra la prensa, pero cuando las periodistas Marcela Turati y Adela Navarro le recordaron el caso de Mi- roslava Breach y la impunidad en torno a él, que ocurrió durante su gestión, el exmandatario mostró que en realidad es un político y no un periodista, y se fue por las ramas para no responder. ¡El otro año probablemente ya no regrese!
Las otras fichas, las azules
Y hablando de Chihuahua, nos cuentan desde allá que la reciente visita al estado de la diputada federal Margarita Zavala sigue causando eco entre la clase política local, pues presumió sentirse orgullosa del PAN y de sus compañeros de partido, la gobernadora Maru Campos y el presidente municipal de la capital, Marco Bonilla. La cuestión, nos añaden, es que entre tantas flores que les aventó llamó la atención que doña Margarita hiciera énfasis en que el país desde hace mucho está listo para ser gobernado por una mujer, lo que se tomó como un destape sutil... no se sabe si de ella, que ya fue candidata presidencial independiente, o de doña Maru.