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El caso de la muerte de Debanhi Escobar ha mostrado numerosas inconsistencias a lo largo de los más de tres meses que han transcurrido desde la desaparición de la joven.
El motel Nueva Castilla
La primera sorpresa tuvo lugar el día en que fue encontrado el cadáver, la noche del jueves 21 de abril. Pese a que las autoridades aseguraban hacer trabajo de inteligencia, el cuerpo se encontró dentro de una cisterna en desuso del motel Nueva Castilla porque los trabajadores del lugar denunciaron que había mal olor.
El motel había sido revisado por elementos de la Fiscalía General del Estado de Nuevo León en al menos cuatro ocasiones, según declaraciones del propio padre de la joven, Mario Escobar.
La noche del operativo para la recuperación del cuerpo se vio a don Mario reclamar a gritos a agentes que custodiaban el lugar que cómo era posible que no la hubieran encontrado, cuando ellos mismos habían revisado el lugar en varias ocasiones.
El motel Nueva Castilla está muy cerca del lugar donde Debanhi fue vista con vida por última vez y fotografiada por Juan David Cuéllar, el chofer del auto de alquiler que supuestamente debía llevarla a su casa y la dejó en la carretera Monterrey-Nuevo Laredo.
Desde las puertas del hotel salieron las cuadrillas de búsqueda de Debanhi desde el 10 y hasta el 22 de abril, convocadas por la familia.
En un principio, la Fiscalía de Nuevo León informó que el hotel tenía cámaras de vigilancia, las cuales no tenían capacidad de grabación. Posteriormente se informó que había algunas cámaras que sí grabaron. Ayer, el fiscal estatal, Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez, dijo que tenían más de 300 horas de grabación, tan sólo en Nueva Castilla.
Pese a que el motel había sido cateado en varias ocasiones, la fiscal Especializada en Feminicidios y Delitos Cometidos en Contra las Mujeres, Griselda Núñez Espinoza, reconoció el 2 de mayo que en las bitácoras de investigación no había registro de que se hubiera revisado el área de cisternas –donde finalmente se encontró a Debanhi— porque “no se refirió por parte de los empleados (del motel) la existencia (de la cisterna) ni que estuviera en desuso”.
Las causas de la muerte
La noche en que se encontró el cuerpo de la joven, mientras todavía se trabajaba en su extracción de la cisterna, autoridades locales difundieron las primeras versiones de que habría sido un accidente.
El 27 de abril el médico forense Eduardo Villagómez Jasso aseguró, en conferencia de prensa, que Debanhi cayó con vida a la cisterna y luego precisó que no tenía agua en los pulmones.
“La muchacha cayó todavía viva, donde se encontró estaba viva, y había oportunidad de reaccionar. No tenía agua en los pulmones. ¿Por qué no se ahogó?, porque se paró, no sé si usted sepa la altura de la cantidad de agua en la cisterna, eran 90 centímetros”.
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Sobre la fecha aproximada de muerte, la fiscalía sostuvo que estaba en un rango de 14 días.
El 12 de mayo se filtró el peritaje forense independiente, solicitado por la familia de Debanhi, el cual señala que la joven presentaba señas de abuso sexual , golpes con objeto contundente en la cabeza, y que murió antes de ser sumergida. Por su parte, la autopsia de la fiscalía sólo señala un golpe en la cabeza.
El dictamen pericial presentado el lunes establece que la joven murió por sofocación mecánica, es decir, le obstruyeron las fosas nasales; no murió por ahogamiento. La fecha de la muerte es entre 3 y 5 días antes de su localización; no hay evidencia de violencia sexual y se descarta por completo asfixia por sumersión.
La credencial
El 19 abril tuvo lugar un cateo en un domicilio de la Unidad Habitacional Condominios Constitución, en el centro de Monterrey, sin que se encontrara alguna pista. Dos semanas después, el 5 de mayo, la Policía de Monterrey informó de la localización de una credencial a nombre de Debanhi Susana Escobar Bazaldúa. El documento se encontró en una jardinera cercana al domicilio cateado en abril.
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