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Ciudad Hidalgo.— El gobierno de México abrió su frontera sur al paso de migrantes, a quienes documenta con la Forma Migratoria Múltiple (FMM) para que puedan cruzar el país hasta la frontera norte.
Durante un recorrido que realizó EL UNIVERSAL por las inmediaciones del río Suchiate, que sirve de frontera entre México y Guatemala, se constató que grupos de migrantes —principalmente de Venezuela, Haití, Cuba, Colombia, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala, así como de países de Asía, India y Rusia— ingresan por decenas sin ninguna restricción por el punto conocido como Paso del Coyote, a pesar de la presencia de elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Guardia Nacional (GN).
Los balseros que se dedican a cruzar personas señalan que desde hace tiempo la frontera está abierta al paso de migrantes.
“Todo el día están cruzando los migrantes, nadie les dice nada, ni Migración ni la Guardia Nacional”, indican.
A lo largo de los 45 kilómetros, desde el río hasta Tapachula, se pudo ver a numerosos grupos de personas, entre ellos familias completas, caminando a un costado de la carretera. Algunos explican que se les terminó el dinero, mientras otros se quejan de que fueron asaltados en Guatemala o al ingresar a territorio mexicano.
En ese trayecto hay tres puntos de revisión migratoria, los cuales ahora llaman Puntos de Revisión Humanitaria, donde se “rescata” a migrantes que son trasladados en autobuses a una nueva sede del INM habilitada en el parque ecológico Los Cerritos. El lunes, unos 5 mil migrantes abarrotaban ya esa sede migratoria.
Dos días para un documento
Con una gran sonrisa y señales de triunfo, José Villegas, un venezolano de 33 años, salió ayer de Los Cerritos mostrando su Forma Migratoria Múltiple, que le garantiza su estancia regular en México por 45 días.
Visiblemente contento, el hombre señala que viaja en un grupo familiar de 13 personas, entre ellos tres menores de edad.
“Tuvimos que hacer una cola por dos días, aguantando sol, sed, lluvia y durmiendo en la calle, pero gracias a Dios valió la pena”.
Ahora, explica, el plan es viajar cuanto antes a la frontera de Matamoros, Tamaulipas, cruzar el río Bravo y entregarse a las autoridades de Estados Unidos antes de que concluya el Título 42, pero si no llega antes del 11 de mayo igual lo hará, aunque le apliquen el Título 8.
El tiempo corre en contra de los miles de migrantes en esta frontera, ya que un viaje en autobús de Tapachula a Tijuana puede tardar hasta tres días.
En los últimos seis meses, el Instituto Nacional de Migración ha entregado documentos migratorios a 81 mil 245 extranjeros que provienen de 100 países de todo el mundo.