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Tlaxiaco.— El sonido del cláxon y la música de viento anuncian el cortejo fúnebre del alcalde Alejandro Aparicio Santiago. La Heroica Ciudad de Tlaxiaco está de luto.
Pasan de las 13:00 horas. La comunidad acompaña a la familia del munícipe morenista asesinado 48 horas antes. Recorren las principales calles de este municipio, en la región de la Mixteca, para llegar al cementerio.
Al frente, cuatro tráileres, una ambulancia y una patrulla de la policía local dirigen la procesión del centro hacia el barrio San Pedro. El Ejército y la Policía Federal vigilan a lo lejos.
La música de la banda sinfónica infantil y juvenil abraza el dolor de los familiares y pobladores. La bandera de México y una playera estampada con el nombre del edil y del partido Morena cubren el féretro.
“Cuando un gobernante tiene la sensibilidad, para desde el puesto que ocupa, apoyar al desarrollo de las capacidades artísticas y culturales de sus ciudadanos, merece el agradecimiento y cariño de su pueblo”, le dicen en pancartas los integrantes de la agrupación a su edil, que fuera su fundador y a quien despiden con su música.
Tres horas antes, en el Palacio Municipal rindieron homenaje luctuoso a Aparicio Santiago y al síndico procurador, Perfecto Hernández Gutiérrez, segunda víctima del atentado ocurrido el 1 de enero, luego de la toma de posesión del cargo. Remembranzas acerca de las dos autoridades se oyen frente a sus cuerpos por parte del Cabildo, también reclamos de justicia de la comunidad: “¡El pueblo unido, jamás será vencido!”. “¡Alejandro, vive y vive! ¡Perfecto, vive y vive!”. “¡Justicia!”, gritan con el puño derecho en alto.
El Palacio Municipal y el parque central están repletos de pobladores. Cabildo, diputados federales y locales de Morena se dan cita y exigen la aplicación de la ley. “Que no quede impune el doble crimen, y haya seguridad”, coinciden.
“¡Basta, queremos vivir en paz, en armonía!”, dice Itzel Torres Espinosa, síndico hacendario, quien durante la ceremonia asegura que el Cabildo dará continuidad al proyecto de gobierno propuesto por el alcalde fallecido, que incluye el combate a la inseguridad y al comercio informal.
Al mediodía, entre aplausos y coronas de flores salen los féretros del palacio, el del munícipe es llevado a la parroquia de Santa María de la Asunción para la ceremonia religiosa, mientras el del síndico regresa a su hogar, es velado otras 24 horas más; será sepultado este día.
Son las 13:00 horas, termina el servicio al interior del templo católico e inicia el cortejo fúnebre del edil. Alrededor de las 14:30 horas la comunidad llega al barrio de San Pedro a una segunda ceremonia religiosa. Es la tradición en Tlaxiaco despedir con dos servicios antes del sepelio.
Victoria Feria Coronel, esposa del munícipe asesinado, y sus cuatro hijos viven en silencio su pena. Al mismo tiempo suena la noticia de un tercer político asesinado, ahora en la Costa. El grito otra vez: ¡Justicia!