El empresario Pepe Díaz
cumplió su palabra de obsequiar una prótesis a Hector "El Capi" Rodarte Cedillo , un joven discapacitado de 27 años de edad que desde el 19 de septiembre ayudó en el retiro de escombros y muebles de las casas devastadas por el sismo de 7.1 grados de intensidad.
“El Capi” formó parte de la brigada “Topos Azteca” hasta el viernes pasado, cuando el empresario se lo llevó a la Ciudad de México, donde le colocaron la prótesis y después lo ingresaron a un Centro de Rehabilitación para tratar su adicción a las drogas.
Héctor fue visto nuevamente en redes sociales a través de unas fotos que subió Pepe Díaz a su cuenta de Instagram donde se le ve con su prótesis y la imagen de la Virgen de Guadalupe a sus espaldas.
Otra foto lo muestra con el equipo que hizo posible su localización y enlace con el empresario de bares y restaurantes.
Pepe Díaz localizó al “Capi” por redes sociales y el martes 26 de septiembre finalmente se reunió con él en el centro de Jojutla. En ese municipio, donde el terremoto quitó la vida a 17 personas, el empresario, dueño de la cadena de antros Classico, llegó con Luis Felipe Iñárritu Pérez, un protesista que tomó las medidas al “Capi” para elaborar el molde y la prótesis.
Héctor Rodarte fue descubierto por el empresario después de una foto que circuló en redes sociales donde el joven se ve en labores de ayuda con los damnificados.
Por sus esfuerzos en el retiro de escombros, muebles y protección de las casas siniestradas, Héctor y sus amigos fueron invitados a participar con los Topos Azteca, una brigada que data del sismo de 1985 en la Ciudad de México.
Una tarde que trabajaba alguien tomó su foto y la subió a redes sociales en reconocimiento a su ayuda con todo y su discapacidad. Su nombre se ‘viralizó' y también los motivos por los que perdió su pierna derecha.
Dicen que 'El Capi' era un “desmadre”, consumidor de drogas y hace como siete años entregó el cuerpo al consumo excesivo de enervantes.
En ese profundo 'viaje' no supo el momento en que un auto lo arrolló y le lastimó la pierna. Tanto daño hizo el golpe que fue necesaria la amputación.
“No me di cuenta de nada hasta que desperté en el hospital”, cuenta a sus conocidos.
afcl