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Guadalajara.— Poco cambió en la Zona Metropolitana de Guadalajara el primer día de aislamiento social obligatorio ordenado por el gobernador Enrique Alfaro; lo notorio es que la mayoría de las personas que siguen en las calles portan cubrebocas como salvoconducto.
Según el mandatario, durante algunos días de la semana de Pascua, el confinamiento en la ciudad fue menor a 40%, y por ello decidió imponer el encierro.
El acuerdo implica que las policías municipales vigilen el cumplimiento de las medidas obligadas: resguardo domiciliario, suspensión de actividades no esenciales, sana distancia y el uso de cubrebocas para quien esté en espacios públicos.
Ante las dudas que generó el anuncio, ayer los alcaldes de Guadalajara y Zapopan, Ismael del Toro y Pablo Lemus, trataban de salir al paso, pero incluso entre ellos hay discrepancia de criterios.
El edil tapatío considera que si alguien hace deporte de forma aislada en el espacio público y con las medidas de seguridad necesarias, no tendría por qué ser molestado por la policía; su homólogo de Zapopan es tajante: “Está prohibido”.
Las nuevas medidas permiten a los municipales detener a los ciudadanos para interrogarlos sobre lo que hacen en las calles, y si lo consideran necesario, apercibirlos para que vuelvan a sus casas, amonestarlos o incluso arrestarlos por 36 horas si muestran reticencia.
“El espíritu del acuerdo es disuasivo”, señala el secretario General de Gobierno, Enrique Ibarra, mientras la asociación de comerciantes ambulantes de Guadalajara convoca a una manifestación afuera del Palacio de Gobierno para exigir que se les incluya en los apoyos ofrecidos por parar actividades.
“Invitan” a paseantes a regresar a su estado de origen
Con más de 100 elementos del gabinete de seguridad del estado, se instalaron filtros sanitarios interestatales que buscan “blindar” a la región de contagios provenientes del Valle de México.
Se instalaron en los límites carreteros con Nayarit, Guanajuato, Aguascalientes, Colima y Michoacán. El objetivo es evitar que el virus se disemine desde la zona centro del país, principalmente de la Ciudad de México y el Estado de México, a la región centro-occidente, aseguró el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Alberto Esquer, encargado de la logística de los filtros.
Explicó que en los filtros de control se toman medidas de prevención sanitaria —como la medición de la temperatura— para determinar si es necesario aislar a alguien por sospecha de portar el virus; además, se pregunta a las personas cuál es el motivo de su viaje y, si se considera que no es indispensable, se les invita a volver a su estado.
Sobre una posible violación al derecho de libre tránsito, el coordinador del gabinete de seguridad, Macedonio Tamez, indicó que se trata de una estrategia de persuasión y en ningún momento se atentará contra las garantías constitucionales.
En Guanajuato los filtros comenzaron a operar a las 8:00 horas del lunes en las casetas de cobro de la autopista León–Aguascalientes.
El personal comentó que las personas no pueden andar de paseo por la contingencia sanitaria, y en el caso de que “algún tripulante presente síntomas de coronavirus, tendrá que regresar a su estado”.
Ataviados con equipo de seguridad personal, checan a los conductores y a sus acompañantes, a quienes preguntan su procedencia, motivo del viaje, les toman la temperatura y preguntan si han tenido tos, problemas para respirar o dolor de cabeza. Los vehículos que ingresan a Guanajuato o siguen a Jalisco son sanitizados.
En Aguascalientes, el secretario de Salud del estado, Miguel Ángel Piza Jiménez, dijo que los filtros instalados por Jalisco favorecen a toda la región. Con información de Xóchitl Álvarez