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Monterrey.— Un interno muerto y 17 heridos, así como 12 custodios lesionados fue el saldo que dejó un intento de amotinamiento luego de un operativo cuyo propósito era reubicar a internos en el penal de Topo Chico.
El gobierno estatal informó que el recluso Alberto “G”, de 40 años, murió de un infarto el miércoles en el área médica del centro penitenciario. Presentó taquicardia durante los disturbios registrados por la mañana en el lugar; según su historial médico, tenía antecedentes de afecciones y cirugías cardiacas. Estaba preso desde 2014 por robo de vehículo.
El traslado de presos en Topo Chico formó parte de un megaoperativo en el que participaron más mil efectivos federales y estatales, para reubicar a 501 internos de los fueros federal y común de los penales de Apodaca, Cadereyta y del Centro Único de Mujeres (CUM), hacia los centros penitenciarios de Ramos Arizpe y Coatlán, Morelos.
Personal penitenciario, con el apoyo del Grupo Antimotines de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, intervino para detener los intentos de amotinamiento, lo que derivó en una gresca que dejó lesionados a 12 custodios y a 18 reclusos, quienes fueron atendidos en hospitales cercanos.
De manera simultánea, en el exterior del penal, familiares de los presos bloquearon avenidas aledañas para acusar que las autoridades no les daban información sobre los presos que fueron trasladados a otros centros penitenciarios, y aseguraron que sus familiares habían sido golpeados. Incluso, señalaron que hubo disparos de arma de fuego, versión que no fue confirmada por autoridades.
Operativo estatal. El secretario general de Gobierno, Manuel González Flores, comentó que estas acciones forman parte de un programa para la despresurización de los penales y asumir el control total de los mismos por parte del Estado, lo cual se propuso desde el inicio de la administración, en octubre de 2015, al gobernador Jaime Rodríguez Calderón.
El funcionario expuso que previo al operativo de ayer, habían sido trasladados del penal 657 reclusos, al tiempo que entre un operativo y otro fueron reubicados dentro de los centros penitenciarios del estado otros mil 90 internos.
Precisó que también se trabaja para terminar con el déficit de custodios, puesto que en 2015 se tenían mil elementos de seguridad penitenciaria y actualmente hay 500.
Los efectivos federales y estatales trasladaron en 19 autobuses a 461 internos hombres de los penales Topo Chico, Apodaca y Cadereyta, al penal federal de Ramos Arizpe, Coahuila.
Asimismo, llevaron en avión a 40 internas del Centro Único de Mujeres, al penal federal femenil de Coatlán, Morelos.
Amplían penales. Las autoridades precisaron que construyen 350 nuevas celdas en el penal de Apodaca, que entrarían en operación en junio próximo. Además, se prevé que entre junio y agosto próximos inicie la construcción de otras 350 celdas en el penal de Cadereyta, las cuales estarían en funcionamiento para mediados de 2021.
A esas 700 nuevas celdas —que representarán una inversión de mil 800 millones de pesos—, serían llevados los internos del penal del Topo Chico, el cual sería cerrado de manera definitiva, explicó el secretario general de Gobierno de Nuevo León.
González Flores aseguró que los penales de la entidad, que hasta hace unos años tenían un grave problema de sobrepoblación, actualmente están ocupados 12%, en promedio, por debajo de su capacidad.
Había 7 mil 70 internos hasta el 26 de marzo. Después del operativo de traslado, permanecen 6 mil 569 personas en los centros penitenciarios de la entidad.