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Apatzingán.— La violencia en el valle de Apatzingán, Michoacán, va en aumento. Pese a los operativos que llevan a cabo fuerzas estatales y federales en la región, la delincuencia perpetró en las últimas horas tres ataques a tiros y decapitó a dos personas en esa zona de Tierra Caliente.
La noche del 4 de julio el activista y administrador de la página de denuncia en Facebook Resistencia Civil Pacífica Apatzingán, Julio César Acosta Grajeda, fue baleado luego de denunciar la violencia que se vive en el municipio.
Durante una transmisión en vivo por sus redes sociales, Julio César relató que intentó acercarse a los eventos que realizó el gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla (Morena), el martes en Apatzingán.
Dijo que su intención era reprocharle que dicho municipio no estaba en paz como él lo había asegurado. Asimismo, reveló que días antes sujetos armados lo habían seguido hasta su casa y responsabilizó a las autoridades municipales de lo que le pudiera suceder.
Minutos después de acabar la transmisión, el activista fue atacado a tiros; una de las balas le perforó el rostro.
Herido, Acosta Grajeda inició una nueva transmisión en la que señaló a las autoridades y pidió ayuda, hasta que se desvaneció.
“¡Ayúdenme; ayúdenme! Mi gente, aquí estoy. Vinieron del gobierno. Sí, vieron que mandaron al gobierno. Es el mensaje del gobierno. Perdónenme. A mi familia no la dejen sola, por favor. Cuiden a mi familia. A mis hijos, los amo mucho”, suplicaba.
Hasta ayer se encontraba grave en un hospital municipal de Apatzingán.
Otros atentados
El mismo martes, un chofer de taxi fue asesinado a tiros a unas cuadras de donde se realizaban algunos eventos del gobierno del estado con autoridades locales.
La mañana de ayer miércoles, pobladores reportaron el hallazgo de dos personas decapitadas sobre la carretera Apatzingán-Cuatro Caminos, a la altura de la localidad Los Tamarindos, los cuerpos estaban envueltos en cobijas y bolsas de plástico. Las autoridades indicaron que no han sido identificadas las víctimas.
En este contexto, el gobernador Ramírez Bedolla y el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, tuvieron el miércoles un encuentro en el que acordaron coordinación y trabajo en armonía y serenidad por el bien común de la población.
Movilidad criminal
Fuentes federales de seguridad dijeron a EL UNIVERSAL que “la violencia en esta zona es generada por el golpe de timón que dieron las organizaciones criminales y su reacomodo en la lucha por el territorio”.
Explicaron que Miguel Ángel Gallegos Godoy, Migueladas, quien por muchos años estuvo identificado con el Cártel Jalisco Nueva Generación y que hace unos meses rompió esa relación, hizo inicialmente una alianza con Fernando Cruz Mendoza, El Tena, líder de una célula que perteneció a Los Caballeros Templarios.
Migueladas y El Tena lideran sus propias células: el primero con arraigo y presencia en el municipio de La Huacana y el segundo en Lázaro Cárdenas.
Refieren que hace unos meses hicieron una alianza para arrebatarle al exlíder templario, Servando Gómez Martínez, La Tuta, su tierra: Arteaga, de donde ya desterraron a su gente.
Mencionan que esa alianza avanzó hacia el municipio de Tumbiscatío, donde hay enfrentamientos con Los Templarios.
El informe señala que El Tena y Migueladas se aliaron con Los Viagras para arrebatarle el valle de Apatzingán a Los Caballeros Templarios, a quienes ya les habían ganado la partida en los municipios de Múgica y Parácuaro.
La fuentes de seguridad expusieron que la triada (Migueladas-Tena-Viagras), genera enfrentamientos y ataques en contra de sus antagónicos de Los Templarios. Es por ello que recrudeció la violencia en Apatzingán.