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Chilpancingo.— La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) dio 72 horas al alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, para que reporte 342 armas que faltan en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del puerto.
El vocero del Grupo Coordinación Guerrero, Roberto Álvarez Heredia, informó que el Ejército realizó la revisión del armamento de la SSP de Acapulco desde el pasado martes y se detectó el faltante de 342 armas de un total de mil 771 que hay registradas.
El vocero informó que la Sedena dio 72 horas a partir de este sábado al aún munícipe de Acapulco para que justifique el faltante de armas con denuncias de robo o extravío.
Indicó que el edil está obligado a devolverlas porque firmó el resguardo de la totalidad.
Sin embargo, Velázquez Aguirre dejará de ser alcalde del puerto este domingo, cuando tome posesión la morenista Adela Román Ocampo.
También se informó que en la revisión se detectó que 202 de los 408 policías de tránsito no se presentan a la SSP, pese a que están en nómina. La Fiscalía General del Estado (FGE) investiga la ubicación de los agentes. En la revisión, encontraron “cantidades mínimas” de marihuana y cocaína, así como inconsistencias en la documentación, como el incumplimiento en los procesos de evaluación y certificación al tener sólo 674 aprobados vigentes de mil 309 agentes. Entre otras irregularidades, Álvarez Heredia denunció que la SSP de Acapulco evaluó a mil 52 policías municipales en la Academia Regional de Seguridad Pública del Noreste, con sede en Monterrey, Nuevo León, sin que pasaran por los filtros del Secretariado Ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Guerrero.
La mañana del martes, 100 marinos, militares, policías federales y estatales tomaron la SSP de Acapulco por una “probable infiltración de grupos delictivos” en la dependencia. Los policías fueron desarmados y verificaron al personal, armamento, chalecos balísticos, cartuchos y radios de comunicación. Todo quedó bajo resguardo del estado.
Acapulco se convirtió en el municipio más violento del país. La disputa entre bandas del crimen organizado han dejado unos 700 homicidios por año, ahuyentando al turismo.