Acapulco.— Manuela Ochoa Huerta fue una de las víctimas por el paso del huracán John por el puerto de Acapulco, que poco a poco se recupera de los daños estimados en 50 mil millones de pesos por las autoridades municipales.
Vivía en la colonia Libertad, en la parte alta del municipio de Guerrero, donde el desgajamiento del cerro por las intensas lluvias del ciclón, aplastó varias casas de la calle Niño Artillero, donde quedó la huella de su paso devastador.
El deslizamiento de grandes piedras y tierra se estancó a unos metros de la casa color verde de la señora Manuela; sin embargo, la corriente de agua y tierra la arrastró provocándole la muerte.
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El cuerpo de la señora de más de 70 años fue localizado cuadras más adelante por sus vecinos que aseguran vivir la peor tragedia, superando la del huracán Otis.
“Era mi suegra. Las piedras y el lodo se la llevaron con la corriente, que la aventó hasta allá abajo”, señala José Luis González, mientras limpiaba la casa en la que vivió la señora Manuela, con algunos de sus hijos y nietos.
Acompañado de sus sobrinas relata que el domingo pasado fue el sepelio de la señora que tenía 10 hijos y llevaba más de 20 años viviendo en la colonia Libertad, ubicada a la entrada del municipio.
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Una luz positiva
Al igual que José Luis González, Jaime Rodríguez Lorenzo se encontraba limpiando y sacando sus pertenencias de su casa que está apunto de deslavarse. Las grandes piedras que se deslizaron por la corriente no la aplastaron, pero la tierra de enfrente se desgajó y está a punto de colapsarse.
De oficio taxista, el joven de más de 30 años ya no quiere regresar a su hogar para no poner en riesgo a sus dos hijos y esposa. Sin embargo, trata de buscarle el lado bueno a la tragedia que vive, pues presume los cuatro perros que nacieron cuando estaba pegando el huracán en el puerto de Acapulco.
A dos de los cuatro ejemplares los nombró John y Huracán. “Estaban naciendo cuando estaba la lluvia”, destacó mientras los mostraba y anunciaba que los pondría en adopción y si no tiene éxito, dijo, buscará que le presten un lugar para ponerlos a salvo y alimentarlos.
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Rodríguez Lorenzo señaló que perdió su vehículo y que buscará rescatar lo que pueda de su casa, como un colchón y diversos enseres domésticos porque ya no quiere regresar ante el temor de que el cerro se vuelva a desgajar.