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San Pablo Huixtepec.— Eluzaith y Cynthia van a la universidad todos los días. Mientras la primera está a punto de convertirse en ingeniera en Desarrollo e Innovación Empresarial, la segunda comienza a descubrir el mundo en brazos de su joven madre.
Ir juntas a la escuela no es tan difícil como algunos creen, ya que pueden estudiar en el salón de clases y tener privacidad en una sala de lactancia materna. Hay tiempo para cultivar el conocimiento científico y los lazos personales.
Eluzaith Hernández Gaytán, originaria del municipio de Santa María Peñoles, se embarazó en abril de 2017, cuando cursaba el quinto cuatrimestre de la ingeniería en la Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca (UTVCO). Hoy, comparte con su bebé las tareas escolares.
La estudiante de 22 años es beneficiaria de un proyecto que busca dignificar la maternidad en espacios escolares, su universidad es pionera en tener una sala de lactancia materna para que las madres estudiantes y trabajadoras tengan un espacio adecuado para atender a sus hijos.
Este lugar es especial, con una extensión aproximada de dos por tres metros, está acondicionado para que las mujeres pasen tiempo con sus pequeños hijos, los alimenten, les cambien el pañal, los duerman y después vuelvan a sus actividades, ya sea escolares o administrativas.
Un lugar para las dos. “Al principio no es fácil traer a una bebé, cambiarla en el salón no es cómodo, menos llevarla al baño. Aquí es diferente porque estamos a solas, la atiendo, se duerme”, explica Eluzaith, quien mientras esperaba el nacimiento de la pequeña Cynthia no dejó de ir a clases.
Este espacio ha sido para la joven una oportunidad para continuar estudiando y estar al lado de su hija de cinco meses. “Prefiero esto a tenerla en una guardería o bajo el cuidado de alguien más”, comenta.
Además, asegura que ir junto con su hija al salón de clases no ha afectado en su aprendizaje, por el contrario, se mantiene entusiasmada y se esfuerza para concluir su carrera en diciembre próximo.
“Mi motivo de terminar de estudiar también es ella, para que pueda tener una vida mejor”, platica mientras tiene en sus brazos a Cynthia.
Contra la deserción. El proyecto de la sala de lactancia materna surgió en la universidad a principios de 2017, con el objetivo de evitar la deserción escolar y brindar un espacio digno y saludable para los bebés, detalla el doctor Marcelino Arango Cruz, encargado del servicio médico en la institución.
“Veíamos que traían a su bebé y no tenían un espacio donde darles de comer. Esta etapa es de las más importantes para los pequeños, ya que es cuando adquieren todas las defensas”, resalta.
El especialista indica que de 2013 a la fecha identificó que dentro del plantel unas 35 alumnas se embarazaron, de las cuales cuatro abandonaron la escuela, lo que motivó a la creación de esta sala.
La iniciativa también incluye el servicio médico para los bebés y sus madres, a fin de que tengan una vida saludable.
Al día unas siete madres, entre estudiantes y trabajadoras, hacen uso de este espacio. En este 2018, dentro de la universidad hay ocho estudiantes que son madres, cuatro de ellas lactan.
Las empoderan. En la UTVCO, distante a 36 kilómetros de la capital de Oaxaca, dentro de la enseñanza se ha impulsado además el empoderamiento de las mujeres. Actualmente, en el plantel estudian alrededor de mil 497 alumnos: 806 son hombres y 691 mujeres.
En el estado sólo 12 de cada 100 estudiantes cursan el nivel superior. A nivel nacional son 43 de cada 100, de acuerdo con cifras del Banco Mundial.
En tanto, en el nivel medio superior están inscritos aproximadamente unos 156 mil 773 estudiantes, de un total de 244 mil 958 jóvenes que viven en el estado, quienes tienen entre 15 y 17 años, de acuerdo con la Comisión Estatal para la Planeación y Programación de la Educación Media Superior del Estado de Oaxaca (CEPPEMS). Esta cifra representa 64% de cobertura estatal de educación en este grado, que está por debajo de la media nacional que es de 76.6%.
De acuerdo con la instancia, entre los factores de deserción escolar destacan el rezago, la reprobación, los problemas económicos y familiares, así como la migración y el embarazo.
Según datos de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), en el estado adolescentes se convierten en madres desde los 12 años. En el primer semestre de 2017 se presentaron dos mil 621 casos de adolescentes embarazadas.