Monterrey.— Un año sin Debanhi, su única hija, ha significado un cambio muy fuerte en la vida de sus padres, Dolores Bazaldúa y Mario Escobar. La casa siempre alegre, donde había música, risas y manifestaciones de algarabía, se volvió triste, como si estuviera sola, aunque a veces el silencio se rompe por algún ruido en su recámara y sienten su presencia.
También se les aparece en sueños y les habla; quizá, dicen, porque todavía no han logrado justicia por su feminicidio, lo que los mantiene activos y confiados en que pronto habrá noticias sobre el o los presuntos responsables del asesinato, toda vez que en septiembre pasado el caso fue atraído por la Fiscalía General de la República (FGR).
“Es lo que esperamos próximamente, que este abril ya haya noticias, pero todavía no lo podemos decir. Sí hay avances que de alguna manera son significativos y que dejan en evidencia a la fiscalía de Nuevo León, y a toda la verdad histórica que ellos quisieron hacer para ocultar información y contrariar a la verdad legal que nosotros estamos sacando”, dice don Mario.
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La señora Dolores comenta que desde la noche del 8 de abril de 2022 —cuando Debanhi salió a divertirse con dos amigas que la abandonaron y no volvió— “ha cambiado todo para nosotros. Todo este año ha sido un cambio muy fuerte. Nuestra vida ya no es la misma porque hemos estado aprendiendo a vivir sin ella. Pero tenemos que seguir viviendo y seguir con nuestros trabajos porque no depende de nosotros el morirnos para ya no estar aquí; es muy difícil, muy doloroso”.
Relata que don Mario y ella, siendo maestros, y Debanhi estudiante, “en vísperas de Semana Santa preparábamos todo y nos íbamos a Laguna de Labradores, en Galeana, para vacacionar. Ahora va a ser muy diferente… muy difícil, pero así es la vida”.
En su casa, ¿cómo sienten la ausencia de Debanhi?
—Muy triste. Mi casa era siempre una casa muy alegre, siempre había música, se oían sus cantos desde su recámara y ahora mi casa es triste, no hay nada de ruido. Llega la hora de comer y pensamos que la vamos a ver bajar por las escaleras y venir a la mesa, pero pues no… Todavía no hemos asimilado eso, de que pensamos que está en su recámara y desgraciadamente no está.
Agrega don Mario: “De repente hay algunas manifestaciones de Debanhi que se siguen dando y pensamos que es porque no hemos logrado encontrar a los presuntos culpables, y es lo que nos mueve, nos motiva a seguir luchando para que nuestra hija descanse en paz, porque de repente se ha manifestado en la casa”.
Señala doña Dolores al respecto: “Nosotros la soñamos muy seguido, a mí, por ejemplo, se me para en la puerta de la recámara y me grita: ‘¡Mamá!’, y luego ya se me desaparece y a veces se mete en la recámara de ella”.
Otras veces, afirma, “escucho un ruidito, algo así, y pues su recámara está toda igual, como ella la tenía. A veces nos metemos para reflexionar lo de cada uno y es cuando se siente su presencia”.
Al hacer una evaluación sobre las investigaciones, desde que la FGR atrajo el caso en septiembre pasado, Mario Escobar señala que desde la visita que realizaron a la Ciudad de México, a mediados de marzo, ya empiezan a observar avances.
“No habíamos visto avances porque, primero estaban reconstruyendo toda la información que dejó la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León, que fue muy incompetente, nefasta, arbitraria en el proceso de Debanhi. Por lo mismo, nosotros no nos sentíamos con garantías y decidimos trasladar la carpeta a México”, explica el señor Escobar.
“Ellos [en la FGR] trabajaron doble. Ahorita ya empiezan con las indagatorias, ya hay avances, pero no puedo comentar sobre los avances, que sí son muy significativos, pero deja mucho que desear que la FGR no haya ratificado todavía, que sabemos que ya lo trae, [el caso] como un feminicidio, porque faltó cerrar esos indicios por parte de la fiscalía de Nuevo León”, sentencia el padre de Debanhi.
“Están en el proceso, va lento. Obviamente nos desesperamos porque no vemos muchos avances, pero vamos seguros, vamos bien, tranquilos. Como ha comentado mi esposa, queremos ya ver resultados; sabemos que es difícil porque la FGR es muy sigilosa en sus peritajes”, explica.
¿Han visto algún cambio en la sociedad después del feminicidio de su hija?
—Sí. Hay un antes y un después. La gente que nos ve en la calle nos dice que gracias a que levantamos la voz cuidan más a sus hijas, están más pendientes.
En la sociedad sí hay un cambio, pero en cuanto a las autoridades siguen las desapariciones, sigue la ineptitud de las fiscalías locales, siguen sin dar resultados a toda esa gente que no ha tenido la oportunidad de alzar la voz, de ser escuchada, de ser un quinto poder, de decir, mi voz vale, mi voz cuenta, explica don Mario.
Es lo que estamos haciendo, hablamos por toda esa gente que también ha estado en este proceso de desaparición, de feminicidios. Por esto seguimos en este proceso, señala.
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Si estuviera en sus manos, ¿qué haría ante los feminicidios y desapariciones?
—Más vigilancia y acabar con la corrupción. Hay que hacer una limpia en la fiscalía de Nuevo León, hay que darles algunas clases de equidad de género, capacitarlos, porque lamentablemente ya es un monopolio, es monótono lo que ellos hacen y lo hacen por default, pensando que las cosas están bien hechas.
Entonces, yo creo que hay que cambiar a la gente de los mandos medios que está en la fiscalía, que es donde se concentra la mayor parte de la corrupción y donde salen muchas filtraciones. En nuestras manos está seguir gritando, seguir diciendo la verdad, señalando a los que no hacen su trabajo, y nosotros como sociedad, como padres de familia, decirle a la sociedad que no se callen, que alcen la voz, que se enseñen a saber decir no, a saber decir sí, que se enseñen a saber contestar. Hace falta mucha cultura de protocolos.
¿Tienen confianza en que se llegará al responsable o responsables del feminicidio?
—Tenemos mucha fe, mucha esperanza en que se pueden hacer las cosas bien. Para eso se necesita terminar con la corrupción que hay en las fiscalías estatales.
¿Ya hay pistas sólidas para dar con los responsables?
—Se han encontrado pistas, pero todavía no se ha concretado nada. Por eso no hemos dado nosotros una noticia. Sabemos que la FGR es muy sigilosa y cuida mucho eso, ya cuando tienen algo concreto ellos lo dicen.
Doña Dolores dirige un mensaje a las jóvenes del país: “Les digo que todos tenemos derecho a divertirnos y la libertad para hacerlo, pero hay un límite, cuídense mucho. Yo sé que las fiestas empiezan a muy altas horas de la noche, pero que tengamos cuidado, tener cuidado de las amistades, porque muchas veces creemos que son amigas y son compañeras nada más”.
Don Mario, por su parte, pide a las autoridades “que hagan su chamba, nada más, que cuiden a la ciudadanía, ya que gracias a la ciudadanía están ahí. Son servidores públicos que van de paso... entonces, que se pongan en los zapatos de toda esa gente que tiene problemas con desapariciones o feminicidios y que sepan que nunca vamos a desear que estén en nuestros zapatos, porque es muy difícil estar de este lado”.
Durante este año, señala don Mario, personas con algún familiar desaparecido o víctima de feminicidio se han acercado a ellos para que los apoyen. “Nos piden los protocolos, qué es lo que deben decir, hasta dónde pueden decir, porque la mayoría de las veces las fiscalías o los MP todo lo que dices de corazón, con humildad, ellos lo acomodan para poder cerrar su proceso de feminicidio o de desaparición”.
Ante el hecho de que nunca se procedió contra los que hicieron mal el trabajo de búsqueda y la necropsia —que concluyó que todo había sido un accidente—, don Mario comenta: “Todavía estamos en ese proceso, esperamos que la FGR haga su chamba y que señale a quien tenga que señalar y procese a quien sea. Si tiene que procesar a Gustavo Adolfo Guerrero (exfiscal de Nuevo León), a Griselda Núñez (fiscal especializada en feminicidios), al vicefiscal del Ministerio Público, Luis Enrique Orozco. Si tiene que procesar a [el coordinador del Servicio Médico Forense de Nuevo León] Eduardo Villagómez Jasso, que los señale y los metan a la cárcel y que paguen lo que tengan que pagar por incompetentes y porque no hicieron su chamba.
“Ese es el verdadero cáncer de Nuevo León, la gente que hace corrupción. Si hiciera cada quien su chamba, no estaríamos en esta situación”, sostiene.
“Las personas afectadas, debemos levantar la voz, no nos queda de otra. El simple hecho de no tenerle miedo a la muerte es más que suficiente para exigir y llegar hasta las últimas consecuencias. Hay quienes dicen ‘yo ahí le dejo’. En nuestro caso, pues es hasta las últimas consecuencias”.
Señala que no descartan autorizar que se haga una serie sobre su hija, pero en formato de documental, en el que se aborde cómo se ha llevado a cabo el proceso, sin amarillismo y ni revictimizar. Precisa que no hay nada firmado, porque su prioridad es seguir luchando hasta lograr justicia.
Los señores Escobar y Bazaldúa anuncian que el próximo 21 de abril, cuando se cumplirá un año del día en que localizaron a Debanhi sin vida, realizarán una manifestación en el motel Nueva Castilla, porque “no tenemos todavía ningún resultado como el que hubiéramos querido”.