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Tapachula.— Aproximadamente mil 300 migrantes que permanecían en la Estación Siglo XXI huyeron anoche cuando agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Policía Federal (PF) realizaban el traslado de un grupo de extranjeros.
En un descuido, los centroamericanos y cubanos aprovecharon el momento para dar el portazo y huir por la carretera que va al centro de Tapachula, mientras que otro grupo tomó vehículos del transporte público, sin que pudieran ser detenidos por los casi 200 agentes de seguridad que custodian las instalaciones.
Los extranjeros que se fugaron esperaban ser deportados a sus países de origen; algunos de ellos fueron detenidos en el operativo del pasado lunes en Pijijiapan, donde aseguraron a 367 extranjeros en la carretera federal 200.
Migrantes cubanos revelaron que desde la mañana de ayer había roces entre los grupos de extranjeros en el interior de la estación migratoria por la disputa de espacios y colchonetas para poder dormir.
Por la noche, en un comunicado, el INMI informó que de los migrantes que escaparon de sus instalaciones, 700 habían regresado y 600 personas no habían sido localizadas.
La última opción. La Bestia se ha convertido en la única alternativa de los más de 500 migrantes que se encuentran en Arriaga, Chiapas, y que buscan llegar a Estados Unidos, a pesar de la desarticulación de la última caravana que avanzaba en Pijijiapan.
Ayer, los extranjeros se mantuvieron en la incertidumbre, pues las autoridades reforzaron la vigilancia en la zona cercana al tren carguero de la Costa y realizaron patrullajes para dispersar a los migrantes que aguardan la salida de La Bestia.
La madrugada de ayer, cientos de extranjeros abandonaron las vías de la estación ferroviaria de Arriaga ante el avistamiento de varias patrullas en el área, sin que nadie fuera detenido; pero ahora su temor a ser capturados y deportados es el que los mueve. Incluso, los cubanos que solían alojarse en hoteles y posadas de Tapachula también se encuentran ocultos y a la expectativa.
Para los migrantes, escapar de operativos de la Policía Federal y del INM es cada vez más complicado, pues varios llevan en sus espaldas mochila con sus escasas pertenencias, agua o algún alimento; además, tienen los pies llagados y hasta sangrantes por la dureza del camino y el andar bajo temperaturas de hasta 40 grados.
Para el hondureño José Antonio, La Bestia se convirtió en la esperanza, pues asegura que “es la mejor opción en medio de la trampa tendida por el gobierno”.
El hondureño se queja de que ya el apoyo es casi inexistente. “La gente no apoya, ni agua nos dan; en los albergues la ayuda se redujo y nos alimentamos de mangos y otros frutos que tomamos durante el trayecto”, lamenta.
De acuerdo con fuentes del Grupo Beta y de agentes del INM —quienes pidieron la reserva de sus identidades a cambio de la información—, son alrededor de 600 migrantes centroamericanos los que se prevé que lleguen este viernes de Arriaga, Chiapas, a Ixtepec, Oaxaca, pero aún son unos 5 mil más los que siguen estacionados en las ciudades chiapanecas de Tonalá, Pijijiapan, Mapastepec y Tapachula, en espera de condiciones para avanzar hacia Oaxaca.
En tanto, en Ixtepec, elementos del Grupo Beta alistan agua embotellada, jugos, galletas, panes y café para recibir a los centroamericanos que desciendan este día de La Bestia.