San José.— Tras escapar el pasado fin de semana de la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula, Chiapas, un grupo de migrantes cubanos denunció que durante más de 50 días sufrió maltratos, golpizas y vejaciones por parte de las autoridades mexicanas de Migración.

Las denuncias fueron transmitidas por los isleños en mensajes vía Whats- App a EL UNIVERSAL y con la solicitud de preservar el anonimato por temor a represalias: “Estuve 55 días en Siglo XXI. A mi esposa me la tenían enferma de los nervios las mismas oficiales de Migración. Está embarazada. Nunca me dieron salida y por eso decidimos fugarnos”, afirmó uno de los cubanos.

“Desde una celda vi a tres oficiales de Migración darle con una silla a un cubano. Le partieron una ceja, la nariz y le lastimaron un brazo”, agregó.

Los cubanos calificaron a los oficiales mexicanos como “descarados”. “Le caen a golpes a los cubanos, pero cuando llegan los [policías] federales se tranquilizan. Y cuando se van los federales, nos tratan muy mal nuevamente”, afirmó un cubano.

Otro explicó que luego de un motín en la Estación, “nos echaron [impusieron] una semana de castigo”. A la hora de las comidas, y como las autoridades mexicanas se negaron a darles cubiertos, “tuvimos que utilizar los carnets de identidad para poder comer”.

“Nos separaron de la familia. Mi mujer estaba separada de mí y yo estaba pidiendo que me mandaran al área familiar y nunca me hicieron caso”, aseveró otro.

La única opción que queda es negociar con los coyotes o traficantes de personas para tratar de llegar a EU, adujeron dos cubanas.

“No tenemos dinero. Nos van a prestar para pagarle a los coyotes y luego cancelar esa deuda estando ya en EU”, explicó una de las mujeres. “Esto no es vida”, agregó.

Piden sensibilidad. Las autoridades migratorias de México deben respetar los derechos humanos de migrantes y están obligadas a reconsiderar esa política migratoria que ha sido rebasada como se ve con los motines, las fugas en las garitas y el incendio de estaciones, consideró el sacerdote Alejandro Solalinde.

El fundador del albergue Hermanos en el Camino de Ciudad Ixtepec, consideró que las autoridades no han mostrado la sensibilidad necesaria para atender a los migrantes.

“Sé que hay muchas presiones del gobierno de Estados Unidos y del señor [Donald] Trump, pero le pido al presidente Andrés Manuel López Obrador que no ceda, porque los centroamericanos son nuestros hermanos”, indicó.

El sacerdote Solalinde justificó que el comportamiento que muestran los migrantes centroamericanos —como fugarse de las garitas o prenderle fuego a instalaciones migratorias, como ocurrió en San Pedro Tapanatepec—, refleja que el INM carece de conocimiento para atender a la gente que huye del hambre y la violencia.

En San Pedro Tapanatepec predomina el silencio y aún huele a quemado. Los agentes del INM siguen en Matías Romero, donde esperan rendir sus declaraciones.

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