Torreón.— Organizaciones, ambientalistas y activistas en Coahuila rechazan la intención del gobierno federal de retomar la técnica del fracking para la extracción de gas natural, al considerar que este mecanismo representaría continuar “sacrificando” los pueblos y la destrucción del medio ambiente de la región.
El ambientalista Waldo Terry, presidente de la asociación Amigos del río San Rodrigo en Piedras Negras, señala que, sin importar colores partidistas, los gobiernos federal y estatal parecieran estar en sintonía por el interés económico que representa impulsar el fracking.
Expone que su preocupación se sustenta porque la técnica de fracturación hidráulica es “muy intrusiva y agresiva” para diferentes entornos: la salud humana, el calentamiento global, las reservas de agua y la contaminación de acuíferos.
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Petróleos Mexicanos (Pemex) lanzó el Plan Estratégico 2025-2035, cuyo objetivo es incrementar la producción de gas natural y recuperar la soberanía energética del país. El plan considera evaluar yacimientos como la Cuenca de Burgos y la Cuenca Sabinas-Burro, ambos en territorio coahuilense.
Aunque en el documento del Plan Estratégico 2025-2035 no se incluye la palabra fracking, el experto explica que la baja permeabilidad de estos yacimientos de hidrocarburos significa el uso de la fracturación hidráulica para su desarrollo.
Además, organismos como Greenpeace en México advierten que el documento emplea un lenguaje técnico como “yacimientos de geología compleja”, “nuevos esquemas de extracción” y “plays no convencionales” para evitar la palabra fracking.
Cristina Auerbach, defensora de los mineros del carbón y miembro de la Organización Familia Pasta de Conchos, considera que las carboeléctricas viven sus últimos años y se van a apagar, por eso regresó el interés por la fracturación hidráulica.
Describe a la región del semidesierto de Coahuila como una “zona de sacrificio” en donde han muerto más de 120 mineros desde la tragedia de Pasta de Conchos, cuando fallecieron 65 trabajadores.
“No puede ser que sobre una zona de sacrificio pretendas hacer otra”, dice en referencia a los efectos del fracking, y asegura que así como se han opuesto a la extracción del carbón “como animales carroñeros”, así se opondrán a esta técnica.
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La activista detalla que la extracción de combustibles fósiles no genera desarrollo, pues durante años se ha sacado carbón sin que esto signifique un desarrollo de las comunidades y los pueblos.
“Es increíble que se van las empresas o cierran las empresas o paran el pozo, el tajo o la cueva y lo dejan abierto”, critica.
Cristina Auerbach y Waldo Terry coinciden en que se observa un mayor interés de Pemex por usar el fracking, a pesar de que apenas en 2024 el expresidente Andrés Manuel López Obrador propuso prohibir constitucionalmente dicha práctica, al igual que la minería a cielo abierto, propuesta que no prosperó.
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“No sé si van a hacer el mismo esquema de CFE, de que yo te pongo el dinero para que saques las cosas y tú me las entregas, como han sido los empresarios carroñeros aquí. Quiero saber quién tiene los recursos. No te lo van a decir. Todo ha sido opaco”, señala Auerbach.
Región destrozada
El ambientalista Waldo Terry asevera que las regiones carbonífera y norte de Coahuila han sido destrozadas por las actividades mineras. Expone particularmente la destrucción de ríos, una problemática que ninguna autoridad atiende.
Comenta que las autoridades federales han sido omisas en vigilar las actividades extractivas en Coahuila y por eso cree que será peor con una actividad más poderosa económicamente, como las empresas detrás del fracking.
“Vamos a estar a merced de los intereses económicos del gran empresariado”, pronostica.
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Considera que, de concretarse el interés por impulsar el fracking, representaría el trastorno total de las actividades económicas tradicionales de la región, como la ganadería y la actividad cinegética, además de los problemas por la contaminación de los acuíferos, que ya se encuentran sobreexplotados.
En la zona, tanto el acuífero Allende-Piedras Negras como el acuífero de la región carbonífera presentan déficit de disponibilidad, según datos de la Comisión Nacional del Agua. La región enfrenta problemas hídricos, coinciden Terry y Auerbach, por lo que la actividad del fracking contribuiría a agotarlos y afectar posteriormente las vías de descargas como ríos, arroyos y norias.
Ambos, junto a más de 30 organizaciones, rechazaron a través de un pronunciamiento el fracking y pidieron que se respete el derecho a la información, consulta y participación de las comunidades.
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“Es una actividad muy disruptiva de toda la naturaleza y la sociedad, así como es una actividad que desplaza la vida silvestre, tampoco las comunidades lo van a tolerar”, señala Terry y exige que se exploren otras vías de abastecimiento de energía como la eólica y la solar.
EL UNIVERSAL buscó a las autoridades de Coahuila sobre este tema, pero no obtuvo respuesta.
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