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estados@eluniversal.com.mx
Sinaí Rosario Calderón no entendía la magnitud del huracán Max. El viernes esperó hasta el último minuto para salir de su pueblo Cuatro Bancos, en el municipio Cruz Grande en la Costa Chica.
No lo comprendía porque 10 días atrás una lluvia inundó Cuatro Bancos sin que pasara a mayores, pero el jueves cuando las láminas del techo de su casa no resistieron los vientos, no dudó en subirse a uno de los camiones del Ejército que llegaron a desalojar pueblos.
Tomó a sus dos hijos, algo de ropa y se subió al camión, no esperó a su esposo. Todavía desde arriba de uno de los camiones alcanzó a ver cómo le cayó un árbol a su casa, recuerda también que el nivel del agua ya estaba en los 30 centímetros de altura.
Los militares se llevaron a unos 250 pobladores, en su mayoría mujeres y niños, a la secundaria Miguel Hidalgo y Costilla en la cabecera municipal, pero en el pueblo se quedaron alrededor de 500.
A Sinaí ahora le preocupa su esposo, pues desde el viernes no sabe nada de él, pero también piensa en cómo le va a hacer para recuperar lo perdido. No sabe exactamente qué perdió porque no se quedó a verlo. Dice que su esposo es campesino, siembra maíz o calabaza, y cuando le va bien logra ganar unos 7 mil pesos por lo que cosecha, pero eso sólo le dura un par de meses y después se contrata para limpiar milpas o cualquiera otra cosa del campo por unos 120 pesos al día.
El jueves a la 1 de la tarde, la potencia de Max se sintió en Cuatro Bancos. Los techos y árboles comenzaron a volar por todas partes, el nivel del agua subió rápidamente, aunque la inundación de este pueblo la apuró el desfogue de la presa El Colibrí.
La liberación del cuerpo de agua aumentó los niveles de los arroyos y ríos, su paso destrozó todos los caminos que llevan a Cuatro Bancos. Ahora no hay forma de llegar hasta el poblado, todas las vías están dañadas.
El sábado dos jóvenes caminaron más de dos horas para llegar a la carretera que lleva a la cabecera municipal. Rodearon el agua hasta encontrar las partes menos profundas. Salieron a pedir ayuda y para comprar algo de alimento para los que se quedaron. En Cuatro Bancos, contaron, el nivel del agua subió hasta un poco más de un metro de alto, aunque ya estaba bajando.
Explicaron que muchos de los hombres de la comunidad se quedaron para proteger sus pertenencias porque, dicen, comienza la rapiña. Así les sucedió en 2013, cuando el huracán Ingrid y la tormenta Manuel los afectó y tuvieron que salir.
El huracán Max tocó tierra con mayor potencia en la Costa Chica. En los municipios de Cruz Grande y San Marcos se dieron las afectaciones mayores. La dirección de Protección Civil de este municipio tiene el reporte de 12 comunidades incomunicadas, donde no han podido llegar, ni tampoco ha logrado tener contacto con los pobladores.
En San Marcos, el huracán Max pegó duró en la comunidad de Tecomate Pesquería.
Unas 400 viviendas quedaron inundadas. Hasta un metro llegó el nivel del agua, recuerdan los pobladores. La laguna que está al pie se unió con el poblado y ahora los pobladores andan por las calles, que están debajo, en lanchas que regularmente ocupan para dar paseos a los turistas.
El nivel del agua está bajando y comienzan a verse los daños, pero la ayuda no llega. Los alimentos comienzan a escasear. Casi 800 de los mil pobladores han decidido salirse para refugiarse en un albergue.
El jueves, el Max los tomó por sorpresa. Los pobladores dicen que no les avisaron de la magnitud del huracán. Esto, dicen, les trajo más pérdidas porque pudieron haber rescatado algunas de sus pertenencias.
Ahora esperan que el nivel del agua baje lo más pronto posible y puedan comenzar a trabajar ofreciendo comida y paseos en lancha.