Tlaltizapán, Mor.- La conmemoración del CCXII Aniversario del Rompimiento del Sitio de Cuautla cerró en el municipio de Tlaltizapán con la obra de teatro “Los Sitiados”, una historia contada desde la visión de los cuautlenses, con sus coplas, bailes y su chinguirito, burlándose de los “méndigos gachupas”, que sólo llegaron a enfermarse y morirse de calor en Cuautla de las Amilpas.
Los festejos comenzaron el viernes en Cuautla donde el presidente municipal Rodrigo Arredondo López dio lectura a la “proclama” de José María Morelos y Pavón, en la cual exhortó a los habitantes de la ciudad a unirse a la lucha contra las fuerzas realistas, que en 1812 sitiaron Cuautla, Morelos con el fin de capturarlo.
La conmemoración siguió en el municipio de Tlaltizapán con la obra de la Compañía Máquina Teatro de Cuautla, cuyos actores evocaron la noche del 1 de mayo de 1812, en una trinchera cerca de la iglesia de San Diego, atiborrada de cuautlenses, moros y costeños que con su vida defienden su tierra, comida y la tranquilidad de una vida arrebatada por los soldados españoles, comandados por el General Félix María Calleja.
En escena se ve a Calleja enfermo y abatido, sin poder controlar más a su gente y las pocas fuerzas que le quedan apenas le sirven para mandar un indulto por escrito, clavado en el pecho del Chon, un indio cuautlense de Coahuixtla, que los pretendía traicionar. El general José María Morelos y Pavón tomará esta carta como el detonante para romper el sitio de casi 73 días que enfrentaron con astucia, sin agua, comiendo lagartijas y bebiendo chinguirito con pólvora.
La puesta en escena fue apoyada por la administración del alcalde Gabriel Moreno Bruno, ausente en el evento por veda electoral, y fue ovacionada por las decenas de asistentes por la forma de contar la historia que marca uno de los episodios más importantes de la Independencia de México. Con una duración de 70 minutos, “Los Sitiados” muestra en escena los personajes, situaciones, costumbres, utensilios, armas, objetos y el lenguaje propios de los primeros años del siglo XIX en la Nueva España, aquí, en Cuautla de las Amilpas, para ser precisos.
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