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Cuautla, Mor.— A la larga mesa se sentaron los menores de edad para recibir su dotación de comida caliente en el Centro de Asistencia para el Desarrollo Infantil (CADI), en Cuautla, y como de costumbre la mayoría esperaba el postre.
Los servidores de comida salieron de la cocina con los platos y cuando llegaron al sitio de Armando, el menor expresó asombro y fascinación. El personal de servicio no atinaba a entender el rostro de admiración del pequeño por el platillo, pero más tarde entendieron el significado de la sorpresa: el menor no conocía y tampoco había comido las fresas con amaranto y miel.
Enterada del suceso, la presidenta del Sistema DIF Cuautla, Araceli García Garnica, responsable de tres CADI, ordenó una reestructuración en los centros, principalmente en el área de la cocina, con mayor inversión para la compra de frutas, verduras y proteína de primera calidad. También ordenó la contratación de chefs especializados en gastronomía y almacenamiento de alimentos.
A dos años su gestión al frente de los CADI, la presidenta del Sistema DIF dice que reúne vivencias con menores de edad, sus necesidades y la satisfacción al degustar los platillos del chef Brandon Barreto Beltrán, en el CADI Eva Sámano de López Mateos, situado en el centro de este municipio.
Esa atención a los niños que acuden al CADI le mereció obtener el primer lugar en índice de desempeño en la ejecución de programas alimentarios 2023, cuyo premio fue entregado por Natalia Rezende Moreira, presidenta del DIF Morelos.
La distinción considera al DIF de Cuautla como la dependencia con los más altos estándares de calidad nutricional para garantizar un buen desarrollo físico y mental de las 110 niñas y niños que asisten al CADI Eva Sámano de López Mateos.
Cocina sin límites
La cocina del chef Brando Barreto, licenciado en Gastronomía y Administración Operativa, refleja orden y limpieza.
Para lograr el reconocimiento como el CADI con la mejor ejecución de programas alimentarios en el estado, el personal de cocina fue calificado en los rubros de alimentación, almacenaje, limpieza en cocinas, calidad de los productos, menús, uso de red y cubrebocas.
Los evaluadores son los DIF nacional y estatal, que envían a sus instructores para realizar las inspecciones y aplicar exámenes al personal de cocina, además revisan el procesamiento de los alimentos y la forma en que se sirven.
Esta es la primera vez que se reconoce al CADI de Cuautla por el servicio prestado a los niños, luego de su rescate y rehabilitación.
Brando llegó a este CADI en noviembre del año pasado tras responder a la convocatoria que emitió el Sistema DIF para reestructurar los CADI. Su labor, dice, es cuidar la alimentación de los niños con el uso de productos de primera calidad.
“La presidenta nos encargó elaborar alimentos con productos de primera calidad, ya sean proteínas, lácteos, frutas y verduras. Siempre está al pendiente de la alimentación de los niños, porque de pronto descubrimos que había niños que no conocían las fresas. No sabemos si en administraciones pasadas no manejaban las fresas”, dijo.
En este centro, asegura el chef, no hay límites para la dotación de alimentos, si los niños quieren repetir platillo se les concede las veces que quieran.
Calidad en alimentos
El chef Barreto comenta que cuentan con un proveedor que maneja productos de primera clase y que todo viene de la Ciudad de México y entrega a los tres CADI. El camión tiene sistema de refrigeración y eso garantiza que el producto no se madure de la capital del país a Cuautla.
Algunos productos se protegen con película adhesiva para que se conserven en mejores condiciones, libres de microbios. Una vez que llegan al lugar, todos los productos se lavan antes de usarlos, cuenta.
El menú cambia a diario y por lo regular sirven res, pescado y pollo, acompañados con vegetales. Llevan frutas, verduras y alguna leguminosa. La tarea es innovar para estimular la ingesta de los alimentos, cuenta.
Ana Lilia Muñoz Benítez, madre de una menor de tres años de edad, asegura que el CADI es de mucha ayuda porque además brinda los alimentos suficientes para los niños.
“Al principio mi hija como que no quería comer, pero después comió de todo. Sus alimentos favoritos son el nopal, el aguacate y lentejas, cuando hay eso pide doble”, contó.
Ana Karen Padilla Chávez tiene dos hijas en este centro, una lactante de un año y siete meses y otra en preescolar de tres años y medio.
“Les gustan los alimentos. A la bebé no le gustan mucho las verduras en casa, pero aquí come cosas que en casa no. Igual la grande, en casa no come carne, pero aquí si la prueba. Creo que es la manera de preparación. Siempre menciona al chef, les ponen mucho empeño para que los niños coman”, dijo.
Nicté ja’ Olea González tiene una niña de cinco años en preescolar tres y asegura que la atención es buena en comparación con otra escuela.
“Hubo cambios en la cocina. Sí se notó, así se ve. Nos dicen que el chef es una persona especializada y en verdad llevan una dieta balanceada. Las instalaciones tienen mucha higiene. Este centro tiene más nivel que muchas escuelas privadas”, dijo.